La actividad constructiva en la provincia es diez veces menor que hace siete años
Las empresas del sector buscan trabajo en otros países con mayor dinamismo. Catorce aparejadores han cambiado de oficio desde 2007 ante la falta de proyectos en Teruel.
El presidente de los arquitectos de Teruel, José Antonio Virto, explicó esta semana que la situación es "muy preocupante", puesto que muchas personas dependen del sector de la construcción. "No se promueven proyectos y no hay actividad", señaló Virto.
El problema afecta a las empresas constructoras, algunas de las cuales se han lanzado a a buscar trabajo en países vecinos. Es el caso de Construcciones Pérez, que desde hace dos años levanta edificios en las ciudades francesas de París y Lyon, a las que ha trasladado a 10 de sus 40 empleados. El salto fuera de España le ha funcionado y el mes que viene tiene previsto contratar a 30 nuevos operarios que irán al otro lado de los Pirineos. Su objetivo es recuperar la plantilla de 100 trabajadores que tenía hace 5 años. De hecho, está llamando a aquellas personas que ya formaban parte de su empresa.
"Francia también está en crisis, pero hay más actividad y tiene un problema, que la recesión ha barrido el 80% de las empresas de construcción", explicó esta semana Tomás Pérez, gerente de Construcciones Pérez y presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de la provincia de Teruel. "Hay muchas empresas de Teruel que estamos intentando salir fuera", añadió.
Este constructor turolense estima que la experiencia de trabajar en Francia está siendo positiva. "Nos reciben bien. La empresa española está muy bien vista porque sabe hacer su labor, utiliza materiales de primerísima calidad y ajusta los precios", dijo. Explicó que mientras en España construir un metro cuadrado cuesta 600 euros, en la capital francesa vale 1.500 euros, lo que permite a los españoles trabajar a 1.200 euros el metro cuadrado.
También Construcciones Lam probó suerte en Francia. La empresa contactó con un grupo de 16 fábricas repartidas por todo el territorio galo que iban a ser rehabilitadas, pero de las que previamente había que retirar el fibrocemento, un material ahora prohibido. Sin embargo, como explicó la jefa de administración, María Torres, la constructora turolense estaba interesada en la recuperación de las naves industriales y no en la compleja eliminación de los residuos. Este inconveniente, unido a la incipiente recuperación del sector en nuestro país, acabó con la aventura de Lam fuera de España.
Si bien todo habla de un repunte de la construcción, aún hay datos preocupantes. En los últimos 5 años, el Colegio de Aparejadores de Teruel, con 110 asociados, ha perdido a 14 colegiados que han decidido cambiar de profesión ante la falta de actividad en el sector.