Los médicos reclaman el nuevo hospital y dicen que el actual es pequeño y está desfasado

Con 62 años de actividad, es uno de los centros hospitalarios más antiguos del país.

Solo por su edad, 62 años, el hospital Obispo Polanco de Teruel necesita un relevo. Así opinan diversos médicos de este centro sanitario tras el enésimo parón que acaba de sufrir el proyecto de construcción de un nuevo edificio hospitalario en la zona del Planizar debido a las discrepancias surgidas entre el Gobierno aragonés y la empresa adjudicataria de las obras.


El Obispo Polanco, aunque remodelado parcialmente en dos ocasiones entre los años 80 y 90 del siglo XX, conserva su estructura original de 1953, que se ha quedado pequeña y anticuada, por lo que entorpece el crecimiento y modernización de los servicios sanitarios. Para los trabajadores del hospital, el único punto a favor del actual edificio es su ubicación, en medio del populoso barrio del Ensanche, frente a la lejanía del Planizar respecto al casco urbano.


Entre otras cosas, falta una unidad intermedia para hospitalizar a los pacientes que no están tan graves como para ir a la Uci pero tampoco pueden ir a planta. Habitaciones más amplias e individuales es otra de las reivindicaciones comunes entre los médicos. "Ahora ya no se construye así. Un nuevo hospital está totalmente justificado", afirmó uno de los jefes de Servicio del Obispo Polanco.


La falta de un sistema de climatización es otro de los puntos débiles del centro. "O vamos en manga corta en invierno o con jersey en verano, no hay forma de regular la calefacción ni el aire acondicionado", destacó un médico, quien advirtió de que las redes de servicios del hospital están tan saturadas de cables que resulta imposible añadir más. Denuncian también que la ubicación de las cocinas en la planta sótano convierte al hospital en una "bomba de relojería", ya que cualquier incendio podría afectar a todo el edificio. Para evitar este riesgo, los nuevos hospitales tienen los fogones en la planta más elevada.

Situación "penosa"

El vicepresidente del Colegio de Médicos de Teruel, Jesús Martínez Burgui, reclamó esta semana "un hospital del siglo XXI", con más quirófanos –hay 4 y serían necesarios otros tantos– y un Servicio de Urgencias más amplio, pues los boxes, pequeños y hacinados, no ofrecen al paciente la intimidad necesaria. Para Martínez Burgui, la situación de algunas consultas especializadas, sin los espacios necesarios y con los pasillos convertidos en salas de espera, "es penosa". "Es imprescindible un nuevo hospital", subrayó.


Como una "casa vieja llena de parches" definió otro facultativo al hospital Obispo Polanco. "Las ventanas y las puertas no cierran bien, los baños de las habitaciones son pequeños y mal ventilados y los pasillos de los quirófanos se utilizan como lugar de almacenamiento de objetos por falta de sitio", denunció el médico. "La medicina ha evolucionado y el hospital debe ser acorde a ese avance", continuó.


Otro médico especialista calificó de "increíble" que el Obispo Polanco, centro de referencia para media provincia y determinadas comarcas de comunidades limítrofes –90.000 habitantes en total– presente una estructura "tan envejecida". "Estamos en el primer mundo, pero Teruel sigue siendo la Cenicienta", dijo.


Este desfase se aprecia también en el área de Maternidad, que no cuenta con habitaciones preparadas para que madre e hijo estén juntos –la tendencia actual–. Asimismo, la planta de Pediatría precisa de más estancias acondicionadas para que el niño hospitalizado pueda estar acompañado por uno de sus progenitores.