Los 80 millones invertidos desde 2012 no acaban con la falta de aulas en el sur y el entorno de Zaragoza

Educación ha destinado 15 millones más de lo previsto a construir centros en Aragón
Los recortes han retrasado obras como las de Pedrola o Alfindén, que empezarán este año

El colegio de Rosales del Canal estrenará el próximo curso una ampliación del aulario de primaria.
Los 80 millones invertidos desde 2012 no acaban con la falta de aulas en el sur y el entorno de Zaragoza
francisco jiménez

Dicen los técnicos que si los colegios tuvieran ruedas, los problemas de falta de plazas desaparecían de un plumazo. Porque hay centros que se construyeron en su día en zonas de nueva creación que ahora tienen dificultades para llenar, ya que el ‘boom’ de la natalidad ha desaparecido y se ha trasladado a otros barrios más jóvenes. Por desgracia, esto es una utopía, pero sí hay consenso en que hay que intentar construir los nuevos colegios de forma que, pasados unos años, puedan reconvertirse en un instituto y, en su caso, en un espacio para un uso distinto al educativo.


La DGA acabará esta legislatura con una inversión de 80 millones en la construcción de nuevos centros y en ampliaciones y reformas en otros que ya existían. Son unos 15 más de lo que anunció cuando presentó el plan de infraestructuras 2012-2015, ya que este se amplió luego por el Plan Impulso –aunque luego no se ejecutó todo– y por la inclusión de nuevos centros en el plan gracias al esfuerzo por intentar estirar el presupuesto.


Pero pese a esta importante inversión, más aún teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias del Ejecutivo, Educación va a acabar la legislatura sin haber podido solucionar por completo los problemas de falta de aulas con los que se encontró en algunas zonas, sobre todo en municipios de los alrededores de Zaragoza (como Cuarte o La Puebla de Alfindén) y los barrios del sur de la capital.

Rosales del Canal, encarrilado

Cabe destacar Valdespartera donde, pese a que se ha construido esta legislatura el segundo colegio y el instituto, ayer volvió a quedar de manifiesto que se necesita al menos un colegio más. Los datos del padrón son claros: el próximo curso deberían de entrar 557 niños a 1º de infantil, pero solo hay 275 plazas en la zona. Este año ya se quedaron fuera 68 niños, una cifra que según las Ampas sería más alta si no fuera porque hubo padres que, por miedo, decidieron inscribir a sus hijos directamente en La Romareda. También queda pendiente de los juzgados la construcción de un colegio concertado, que Educación defiende porque entiende que diversificaría la oferta y ayudaría a solucionar los problemas de falta de plazas;pero que Ayuntamiento y Fapar rechazan porque creen que lo primero es garantizar la escolarización en la pública.


Un caso muy distinto es la situación de Rosales del Canal, que el Departamento ha dejado encarrilado. Este curso se estrenará una nueva ampliación del aulario de primaria –con un gasto de 900.000 euros– y empezarán las obras del Zaragoza Sur, que debería llegar para el 2016-2017. Este es uno de los centros en los que el Departamento ha hecho un esfuerzo para que sea realidad cuanto antes, ya que lo incluyó en el plan 2012-2015 pese a que no estaba previsto.

La necesaria planificación

Sin embargo, también hay que decir que las limitaciones del Ejecutivo han causado un retraso en la construcción de centros que estaban comprometidos para antes. Ha ocurrido, por ejemplo, con el nuevo colegio de Pedrola, que iba a empezar a levantarse en 2011 y que aún no se ha licitado. Esto se debe a que el Departamento rescindió el contrato que el anterior Ejecutivo había hecho con Suelo y Vivienda de Aragón por valor de 5,6 millones, si bien Educación se ha comprometido a empezar a construir este colegio este año. También ha habido demoras, por ejemplo, con el instituto de La Puebla de Alfindén, que ahora por fin acaba de salir a concurso. En ambos casos, la dotación es escasa y el grueso de la inversión se ejecutará en 2016.


Lo que está claro es que la construcción de infraestructuras educativas en barrios de nueva creación o municipios en expansión ha sido tradicionalmente un problema que ha afectado a todos los Ejecutivos y en el que, pese a las inversiones, nunca ha llovido al gusto de todos, o lo ha hecho tarde. De ahí que los padres reclamen a las administraciones planificación, porque, por ejemplo, los problemas de los barrios del sur de Zaragoza se veían venir desde antes de la entrada de este Ejecutivo. Precisamente, esto es lo que las Ampas de la margen de izquierda de Zaragoza más critican a la actual DGA: que ya se sabía que el ‘boom’ de natalidad iba a llegar ahora a los institutos y que no se ha hecho nada para remediarlo (a la espera del próximo plan de infraestructuras, el curso que viene habrá más barracones para que todos estudien sin salir del Rabal).