Un paisaje fantasmal junto a Munébrega

La crisis frustró los planes de localidades como Munébrega, Cetina o Aniñón, que apostaron por desarrollar suelo industrial para atraer empresas y procurar el asentamiento de nueva población

Munébrega, Cetina o Aniñón son algunas localidades de la Comunidad de Calatayud que desarrollaron suelo industrial para atraer empresas. Era el principal objetivo, aunque vinculado a este figuraba el asentamiento de la población. A estos proyectos se destinaron subvenciones de distintas instituciones, pero la crisis económica frustró las expectativas.


El proyecto de construir una nave para el reciclaje plástico llevó a una empresa a adquirir suelo en Munébrega. Se quedó en eso, en un proyecto ambicioso. Entonces el ayuntamiento compró el terreno. Ese fue el origen de la zona industrial con la que cuenta este pueblo de 420 vecinos, según consta en la última revisión del padrón. Se desarrolló a lo largo de cuatro años con las ayudas para industrialización de la DGA."Al ayuntamiento y a los vecinos no les costó nada", aclara el alcalde, José Félix Lajusticia, quien reconoce que la llegada ahora de una empresa que pueda crear una treintena de empleos"es ciencia ficción". En este polígono de unos 30.000 metros cuadrados, junto a la A-202 o carretera de Calatayud al Monasterio de Piedra, y a unos 14 kilómetros de la autovía A-2, calcula el primer edil que se habrán invertido en varias anualidades unos 250.000 euros. Todas las parcelas de los 300 a los 900 metros cuadrados están disponibles y con todos los servicios de agua, saneamiento y electricidad. Explica el edil que la creación de empleo se podrá bonificar a través de una ordenanza.


A pie de la misma autovía de Aragón está el polígono industrial de Las Morenas, en Cetina, con una superficie total de 67.000 metros cuadrados y 40.000 para parcelas. De las nueve parcelas urbanizadas se vendieron cinco. Una de las compradoras fue una empresa dedicada a la fabricación y reciclaje de equipos para energías renovables, aunque la situación de ese sector aparcó la idea que tenía la compañía para este pueblo a 200 kilómetros de Madrid y a unos cuantos menos del Corredor del Henares. Las tres parcelas que adquirió revertirán de nuevo al ayuntamiento, que confía en la ampliación del proyecto que emprendió aquí un fabricante de poliuretano.


Compró una primera parcela que amplió con otra más, y podría adquirir una tercera. Anexa a este polígono hay una zona propiedad de particulares para la que se estaría redactando un plan parcial.


Creen estos alcaldes que no es que el precio del suelo lo que hace poco competitivos a estos polígonos, sino que es la situación económica del país y la falta de crédito, que ha frenado la creación, ampliación o traslado de empresas e industrias de cualquier actividad.