La alargada sombra de la Torre Nueva

Casi seguro que Zaragoza sería hoy una ciudad muy distinta con su Torre Nueva en pie. No lo hubiese tenido difícil para competir con la torre de Pisa como reclamo turístico.

Castillejo y Cintora, junto a una réplica de la Torre Nueva en el Ámbito Cultural.
La alargada sombra de la Torre Nueva
Asier Alcorta

Casi seguro que Zaragoza sería hoy una ciudad muy distinta con su Torre Nueva en pie. No lo hubiese tenido difícil para competir con la torre de Pisa como reclamo turístico. Ya se pudo comprobar antes de que la piqueta hiciera su trabajo en 1892. Casi todos los grabados, pinturas y fotografías que se conservan de ella eran de artistas foráneos que tenían claro su carácter icónico.


En el Ámbito Cultural de El Corte Inglés su larga sombra volvió a proyectarse el pasado martes. La sala se llenó, lo que demuestra que el tema, hoy, interesa. Rafael Castillejo, rescatador de recuerdos, presentó al protagonista de la velada, el fotógrafo José Luis Cintora. Pero antes de cederle la palabra recordó que la Torre Nueva está muy de actualidad en las redes sociales "donde todos los días se cuelga alguna imagen desde una perspectiva distinta". Entre la emoción y la nostalgia se movió Cintora. Recorrió sus cuatro siglos de vida en imágenes y a cada una que pasaba la mágica inclinación provocaba más expectación. "Estorbaba, estrechaba los viales y el empeño de cuatro caciques y de un alcalde, que firmó donde le dijeron, terminó con ella", sentenció. Eso sí, no sin antes demostrar que no corría peligro de derrumbe.


El historiador José María Ballestín y Alberto Castejón, vinculado al Teatro Circo de Zaragoza, le escucharon con atención. Le oyeron decir, por ejemplo, que se pudo haber hecho una réplica en la época del alcalde González Triviño, pero si entonces no se hizo, difícilmente el proyecto saldría adelante hoy en día.