El alcalde de Teruel urge a su propio partido a desbloquear las obras del nuevo hospital

El consejero de Sanidad pide comparecer en las Cortes, mientras los empresarios se suman a la oposición y hablan de “tomadura de pelo”.

El alcalde de Teruel, el popular Manuel Blasco, no da por perdida la posibilidad de que Acciona construya finalmente el nuevo hospital del Planizar. Blasco instó al Gobierno aragonés y a la constructora "a que se pongan de acuerdo cuanto antes" para acometer el proyecto. El alcalde manifestó sus "dudas" sobre la situación administrativa del contrato, aunque señaló que si la resolución con Acciona anunciada por el Gobierno aragonés es inevitable supondrá un "contratiempo". A su juicio, como respuesta, la DGA debería licitar de nuevo las obras "cuanto antes" de forma directa o a través de la sociedad Suelo y Vivienda de Aragón.


Blasco compareció en el salón de actos del Ayuntamiento arropado por la práctica totalidad del gobierno municipal evidenciando la excepcionalidad de la situación. Hizo un llamamiento "a la tranquilidad" de los turolenses porque, según aseguró, el nuevo hospital sigue siendo "prioritario para el PP, el Ayuntamiento y la DGA".


A su juicio, las diferencias entre Acciona y Gobierno son un problema "de dinero", porque mientras la empresa pretende el mejor precio posible el Ejecutivo solo quiere pagar el importe justo. Según el alcalde, el Ayuntamiento no tendrá que devolver los 1,2 millones pagados por Acciona en concepto de licencia de obras e impuesto de construcción. Sin embargo, a renglón seguido admitió que si otra compañía realiza la obra sí devolverán los impuestos a Acciona, que se compensarán con los que abone la nueva constructora.


Mientras tanto, el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, tramitó al punto de la mañana una solicitud de comparecencia ante las Cortes para dar cuenta de la situación. Para cuando las Cortes retomen su actividad ordinaria y puedan citarlo, en el mes de febrero, ya se sabrá si Acciona acomete las obras o se ha convocado un nuevo concurso, ya que la decisión se pretende adoptar antes de que finalice la próxima semana.


Fuentes oficiales de la DGA dejaron la puerta abierta, ya que por la tarde aseguraron que Acciona se puso ayer en contacto para retomar las negociaciones. La última reunión se mantuvo el 17 de diciembre, fecha en la que la empresa contratista planteó una resolución parcial del contrato tras haber solicitado dos meses antes de romperlo y cobrar una indemnización de 1,2 millones de euros.


El bloqueo de las obras no solo ha provocado duras críticas de la oposición, sino de la propia patronal. El presidente de la CEOE-Teruel, Carlos Mor, calificó el callejón sin salida al que ha llegado el proyecto del hospital de Teruel de "tomadura de pelo a los turolenses". Mor reclamó una actuación más "política" del Gobierno aragonés porque, a su juicio, con "diálogo y ganas de llegar a acuerdos el problema se hubiera resuelto".


Los partidos reiteraron ayer su carga contra el Ejecutivo PP-PAR. El portavoz municipal, José Ramón Morro, acusó directamente al PP de no querer construir el hospital y destacó que las obras hubieran mejorado la maltrecha economía de la ciudad con la creación de al menos 300 puestos de trabajo. Mayte Pérez, secretaria general del PSOE-Teruel, tildó de "increíble correlato de barbaridades" las explicaciones de la DGA a los sucesivos aplazamientos, "desde el supuesto riesgo sísmico a las constantes rectificaciones del proyecto". Pérez opinó que Rudi debe "pedir perdón a los turolenses por el engaño".


Por su parte, IU pidió el cese del consejero de Sanidad por su "ineficaz gestión". Su coordinador regional, Adolfo Barrena, ironizó diciendo que "cada vez es más clara esa forma pública con la que se le conoce, ‘Derribos Oliván’". Además, CHA pidió la comparecencia del consejero para que informe sobre el proyecto.

Un edificio pequeño y obsoleto


El hospital Obispo Polanco, construido hace 60 años –el doble de su vida útil–, se ha quedado pequeño y anticuado. Aunque se reformó a finales de los 80 y se amplió en los 90, actualmente no tiene sitio para acoger ningún nuevo servicio y algunas especialidades, como Oftalmología, utilizan los pasillos como sala de espera por falta de espacio. Las habitaciones son tan escasas que es difícil mover las camas dentro de ellas y muchos de los aseos desprenden mal olor debido a la antigüedad de la red de aguas.