Talleres A Todo Trapo, ejemplo de inserción sociolaboral

Cáritas impulsa en Cuarte una empresa dedicada a la recogida de ropa de segunda mano y prevé abrir una tienda en Zaragoza.

Ropa infantil preparada tras pasar por el taller A Todo Trapo que Cáritas tiene en Huesca.
Talleres A Todo Trapo, ejemplo de inserción sociolaboral
Fernando Paúles

A Todo Trapo es el nombre de un proyecto en red a nivel nacional que lleva años impulsado por la organización católica de Cáritas. En Zaragoza comenzó el pasado mes de junio con la implantación de una empresa de inserción en un polígono de Cuarte.


Este proyecto, que se encuentra dentro de la Fundación para Inclusión Social de Cáritas, se inscribe dentro del concepto de economía social. Está orientado a la integración sociolaboral de personas en riesgo de exclusión y es una alternativa a la problemática situación del mercado laboral en la actualidad.


Cincuenta contenedores se han instalado en los diversos puntos de recogida de ropa de Zaragoza: centros deportivos y comerciales, instituciones y entidades públicas y privadas, parroquias, fundaciones, colegios e incluso el Ejército. Antonio Costa, director del proyecto, comenta que "disponemos de dos furgonetas con las que nuestros trabajadores recogen habitualmente la ropa que, gracias a la generosidad de muchas personas nos donan". Esta empresa de inserción constituye una de las iniciativas de economía social y solidaria que Cáritas impulsa. Esta entidad se dedica en Aragón a promocionar todo tipo de proyectos enfocados a la mejora de sectores vulnerables, tales como los drogodependientes, personas mayores, con discapacidad, exreclusos, inmigrantes o enfermos.


Desde que comenzó su andadura, A Todo Trapo ha contratado a varias personas en paro y en riesgo de exclusión. "Para lograr la viabilidad del proyecto en un primer momento –comenta Costa– tenemos dos personas contratadas de forma permanente. Los números en los seis primeros meses de vida, después de la inversión inicial de Cáritas, han sido positivos. Ahora después de la recogida de ropa vamos a empezar a seleccionar las prendas e higienizarlas, para ello tendremos que contratar a unas cinco personas más".


Este proyecto busca la viabilidad económica pero dando prioridad a cuestiones sociales antes que al ánimo de lucro. La inserción al mercado laboral y la formación integral de cada trabajador constituyen para Cáritas los ejes fundamentales de su fundación para la inclusión social.


"Accedí a este puesto de trabajo a través de la trabajadora social de Cáritas en Pedrola –comenta Roberto Giménez, uno de los trabajadores de esta empresa–. Llevaba dos años en paro. Después de la selección y los cursos de formación accedí a este trabajo. Trabajar es de lo mejor que te puede pasar".


A Todo Trapo no pone condiciones para la recogida de cualquier prenda o elemento textil. Puede tratarse de ropa, sábanas, mantas, cortinas… "Estamos –añade Costa– muy agradecidos a las personas que nos donan ropa. En los seis meses que llevamos funcionando hemos recogido 236.000 kilos de ropa".


La próxima apuesta del proyecto consiste en seleccionar y en poner en marcha una tienda solidaria en Zaragoza para vender la ropa donada. "Esperamos abrir una tienda de ropa en torno al mes de junio", señala Costa.


Sin duda esta, como otras tantas de iniciativas, son un ejemplo de la contribución que una entidad eclesial como Cáritas pone al servicio de la sociedad y del bien común en un tiempo tan difícil a nivel económico.