La DGA cuestiona "la independencia y objetividad" de la Cámara de Cuentas

Dedica 15 folios de sus alegaciones a responder al órgano fiscalizador por los informes sobre la gestión de 2012 y 2013

El Ejecutivo le insta a hacer dictámenes "extraordinariamente rigurosos" para no poner en riesgo su "estabilidad"

La mejor defensa es un buen ataque. Esta parece haber sido la premisa del Gobierno de Rudi en su informe de alegaciones al dictamen provisional de la Cámara de Cuentas sobre su gestión de los años 2012 y 2013 que, entre otros asuntos, pone en entredicho su proyecto estrella para reactivar la economía, el Plan Impulso. El Ejecutivo dedica 15 folios a atacar e intentar cuestionar al órgano fiscalizador hasta el punto de cuestionar su "independencia y objetividad".


"El Gobierno de Aragón quiere trasladar a la Cámara de Cuentas la necesidad de que sus informes se realicen de forma meticulosa y exhaustiva bajo los criterios de veracidad, objetividad, imparcialidad e independencia", subraya. Pero prosigue. Acusa al órgano fiscalizador de cometer "errores" que "ponen en duda actuaciones totalmente legales del Gobierno de Aragón" y de poner en riesgo su propia estabilidad. "Debe ser además consciente el órgano fiscalizador de que en las circunstancias actuales, con la mayor crisis económica de la democracia y con una desconfianza social hacia todas las instituciones, no cabe sino realizar documentos e informes extraordinariamente rigurosos y fieles a la realidad para garantizar su estabilidad"?, esgrime.


Hay que recordar que Rudi ya planteó reformar la Cámara y convertirlo en un órgano unipersonal y no colegiado como hasta ahora. Además, desde el PP nacional se ha intentando durante esta legislatura suprimir estos órganos autonómicos con el argumento de evitar duplicidades. La propia presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, ya ha eliminado la Sindicatura de Cuentas.


En el informe, la DGA expresa su sorpresa por aparecer en el informe –en su opinión– "de forma continuada meros juicios de valor", que "deben ser ajenos" a este dictamen. Y señala hasta siete ejemplos, cuyas conclusiones –a su juicio– "suponen una clara desacreditación del trabajo llevado a cabo sin ningún tipo de fundamento ni hechos que lo sustenten". Entre otros, censuran que la Cámara utilice el adjetivo "baja" en la ejecución del Plan Impulso, que se quedó en el 62,4%, o que plasme que el dinero de este proyecto no fuera utilizado para absorber las desviaciones presupuestarias. "Se hacen consideraciones que escapan de la función que tiene encomendada", incide.


También cuestiona que en el informe se hagan comparativas con ejercicios anteriores, pese a que es una práctica habitual en este tipo de dictámenes si los años anteriores tienen incidencia en el ejercicio auditado. "La DGA no comprende el criterio utilizado para realizar muchas de esas comparativas, no existe explicación de por qué elabora la comparación en esos ejercicios y tampoco mantiene el periodo de análisis a lo largo del informe", apunta.


Pero no se queda ahí. Advierte a la Cámara de "la necesidad palmaria de que extreme sus medidas de control sobre toda la información que solicita y recibe" para evitar "un grave perjuicio de la imagen de las instituciones fiscalizadas" y exige que "sea más exhaustiva en la revisión de determinadas obligaciones" que marca la normativa.


Por último, en la dura introducción del informe de alegaciones, el Gobierno de Rudi critica "la multitud de apreciaciones globales" que emite, lo que "dificulta realmente la posibilidad de realizar unas alegaciones correctas y suficientes". En este caso, hace referencia a las irregularidades detectadas en contratación que se repiten informe tras informe, también en los del Tribunal de Cuentas.