Fomento termina de montar el viaducto de la A-21 sobre el recrecimiento de Yesa

Tras bloquear las obras durante un año y medio, las retomó en primavera en el tramo de Sigüés.

Dos grúas pesadas tuvieron que trabajar al unísono para montar la última pieza del viaducto sobre el río Esca
Fomento termina de montar el viaducto de la A-21 sobre el recrecimiento de Yesa

Fomento ha terminado de montar el esqueleto del viaducto que permitirá salvar la zona inundable por el recrecimiento de Yesa a los vehículos que circulen por la autovía entre Jaca y Pamplona (la A-21). Los operarios de las contratistas se afanaron hace dos semanas en tender la última pieza, de 160 toneladas, lo que permitirá acometer ya las labores de asfaltado de este tramo de 2,5 km entre Sigüés y la intersección con la carretera autonómica A-1601.


Los operarios han necesitado ocho meses para tender el armazón metálico del viaducto, de casi un kilómetro de longitud, sobre el río Esca. Tras un parón obligado de año y medio como consecuencia de los recortes de financiación, los trabajos se retomaron el pasado mes de mayo. Los responsables ministeriales priorizaron este tramo sobre el resto de los paralizados en la A-21 porque las 36 piezas estaban acopiadas sobre el terreno desde finales de 2012, tiradas sobre la zona inundable y podían sufrir deterioros.


La mayor parte de la inversión del tramo de Sigüés, que empezó en 36 millones de euros y supera ya los 52, se concentra en esta estructura, compuesta por 36 piezas de 30 metros de longitud y 3 metros de altura que se fabricó en La Coruña. Todas ellas se sustentan sobre once pilas de hormigón, de una altura que varía entre los 17 y 40 metros.


El trabajo ha sido complejo y ha requerido el empleo de varias grúas pesadas al mismo tiempo, dado el tamaño de estas particulares dovelas. La empresa adjudicataria, Isolux-Corsan, se centrará ahora en ejecutar el pavimento de suelo-cemento que servirá de base para el firme definitivo previsto en este tramo. No obstante, los técnicos tendrán que comprobar antes si la explanación requiere algún tipo de reparación, puesto que ha sufrido los rigores de un clima duro durante el año y medio en los que han estado los trabajos parados. Si se cumplen las nuevas previsiones oficiales, debería entrar en servicio para mediados de 2015.


Para hacerlo realidad, la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa) ha presupuestado casi 20 millones para 2015. Este dinero permitirá impulsar las obras, pero no completarlas, por lo que la contratista tendrá que financiarlas y esperar hasta 2016 para cobrar el dinero restante, 4,7 millones, según se recoge en el programa plurianual de los presupuestos del Estado. Su puesta en servicio garantizará a los conductores disponer al fin de tres tramos consecutivos de la A-21 en territorio aragonés: los caso once kilómetros comprendidos entre Sigüés y el límite provincial de Zaragoza con Huesca.


Los usuarios de la autovía entre Pamplona y Jaca deberán armarse de mucha paciencia porque su conclusión es, a estas alturas, una verdadera entelequia. Dos de los cuatro tramos pendientes cuentan desde hace años con el proyecto aprobado, pero su licitación ni siquiera está programada en el Ministerio de Fomento. Se trata de los 7,4 kilómetros entre Tiermas y Sigüés y los 11,7 que separan el límite provincial de Huesca con Puente La Reina.


Los que parecen correr mejor suerte son los otros 16 kilómetros pendientes, entre Puente La Reina y Jaca, que llegaron a estar en obras y se paralizaron al igual que el de Sigüés por los recortes del Gobierno de Rajoy. El compromiso es reiniciarlas en 2015 entre Jaca y Santa Cilia, para lo que cuenta con seis millones. Eso sí, se trabajará al ralentí porque su conclusión se alargará hasta 2018.


En el caso del tramo entre Santa Cilia a Puente la Reina, las máquinas no volverán hasta dentro de dos años. La constructora se vio obligada a paralizar los trabajos en 2012 cuando llevaba ejecutado el 80% del movimiento de tierras e instalado los pasos inferiores y la red de drenaje. El problema es que para cuando vuelvan los operarios habrá que rehacer lo ya ejecutado.