Troodon, el dinosaurio sabio

Los restos directos de dinosaurios terópodos (carnívoros) suelen ser un bien escaso exceptuando los hallazgos de dientes aislados. Su escasez es inversamente proporcional a la curiosidad que despiertan y al número de historias que siempre han protagonizado... Un paleontólogo sugiere que, de no haberse extinguido, tal vez el género Troodon, el de mayor capacidad intelectual, podría haber evolucionado de una forma similar a la humana.

Basádose en la hipotética evolución del dinosaurio terópodo Troodon, Russell imaginó un 'dinosauroide' que podría haber tenido este aspecto.
Troodon, el dinosaurio sabio
Luis Mampel (FCPTD)

El paleontólogo estadounidense Dale A. Russell –actual profesor e investigador emérito de la Universidad del Estado de Carolina del Norte–, en colaboración con el artista Ron Seguin, presentó en 1982 un artículo científico con la reconstrucción de un pequeño dinosaurio del Cretácico bautizado como Stenonychosaurus.


Actualmente, esta especie se asigna al género Troodon –un tipo de dinosaurio terópodo (carnívoro)– que vivió a finales del período Cretácico, hace unos 72 millones de años. Este dinosaurio, además de unos ‘dientes que hieren’ (sentido etimológico del término ‘troodon’), poseía un grácil y largo cuello y unas patas bien adaptadas para los desplazamientos a gran velocidad. Sus cavidades orbitales alojaban unos grandes ojos dispuestos para la visión binocular (al igual que nosotros), tan necesaria para la percepción de la profundidad y el cálculo de distancias. Debido al volumen de su cavidad craneal y a la morfología y tipo de marcas dejadas en el interior de los cráneos fosilizados (con gran cantidad de circunvoluciones cerebrales), se considera que pudo ser uno de los dinosaurios más inteligentes.


A pesar de la dilatada carrera científica y docente de Russell, a menudo es recordado como el creador de una extraña criatura ‘dinosauroide’. Y es que, en el citado artículo, planteó un ejercicio de reflexión basado en la hipótesis de la no extinción del género Troodon.


La literatura fantástica normalmente argumenta la supervivencia de los dinosaurios a través del diseño de un recóndito lugar en el planeta donde sobrevivieron intactos, sin experimentar cambios ni evoluciones biológicas en más de 66 millones de años pero, en este caso, Russell planteó los efectos de una hipotética evolución.


Partiendo de las características ‘intelectuales’ de Troodon, Russell basó su razonamiento en una evolución convergente a la de los humanos. Debido a la capacidad intelectual de estos dinosaurios teorizó que, de no haberse extinguido, quizá hubieran sido capaces de establecer un comportamiento en grupo estructurando un lenguaje, de llegar a articular su manos y de desarrollar un pulgar totalmente oponible. Incluso, una vez adquirida una postura totalmente bípeda, podrían haber sido precursores de una tecnología rudimentaria fabricando herramientas.