El pequeño comercio zaragozano no deja de buscar fórmulas para atraer la atención de potenciales clientes. Muy atrás quedan los tiempos en los que el buen paño en el arca se vendía, tal y como sugiere el refrán. Hoy en día, para vender cualquier producto o servicio hay que pregonarlo, publicitarlo y enseñarlo mucho. Por eso, incluso roscones tan apetecibles como los de San Valero están sirviendo este año de soporte y argumento de márquetin para dar a conocer las ‘mercancías’ de unos cuantos emprendedores de la ciudad. La iniciativa ha llegado de la mano de la pastelería Dolce Vita y de una quincena de establecimientos de moda, complementos, decoración, restauración y ocio.

Sus protagonistas se reunieron a mitad de semana en el establecimiento que Dolce Vita tiene en la calle San Miguel para dar algo así como el pistoletazo de salida al puente rosconero de San Valero. "En todos los roscones que vendemos durante estos días, la temida sorpresa que invita a pagar el dulce está llegando acompañada de sorpresas mucho más gratas", comentaba el propietario Fernando Rojas.

De esta forma, los 15 comercios que participan han colaborado incluyendo en el popular dulce decenas de regalos directos. "Además de las figuras tradicionales –destacaba Lorena del Río– en los roscones premiados se ha introducido una tarjeta con el vale correspondiente para que los afortunados recojan los premios en cada uno de los establecimientos".

El pasado miércoles, en la pastelería de la calle San Miguel, se dieron cita casi todos los negocios que han apostado por hacerse tan dulcemente visibles. Pedro Porlán, gerente de Liang Xin, ofreciendo varias sesiones de masajes orientales; Santiago Gómez, de César, con una cartera billetero "que está teniendo muy buena aceptación", según explicaba él mismo; Maite Pérez, de Lotería El Pilar, regalando décimos que ya se verá si resultan premiados; Ana Muñoz, de Boutique María Jesús, con una muselina para los más pequeños…

No fueron los únicos. La gastronomía también ha apostado por esta fórmula para dinamizar la vida comercial de la capital aragonesa. En concreto, el restaurante La Bocca, ofreciendo una cena para dos personas para el día de San Valentín. También asistieron a la presentación Eduardo Viesca, de Yolanda Domínguez Joyeros; Fernanda Orga, de Orga Sastrería; Vanesa Castro, florista de OSiestro; Yolanda Queen, de Zapatería Queen, y Mauge Labarta, de Joyería Agüeras.

Lo dicho, que la nómina de sorpresas ha sido muy variada. Además, hasta mañana la iniciativa va a seguir teniendo recorrido. "Al coincidir la festividad con un puente seguiremos vendiendo roscones durante todo el fin de semana", destacaba Fernando Rojas. De nata, crema, trufa, merengue, para celíacos o mezclando distintos sabores. Por supuesto, el encuentro de la calle San Miguel concluyó con todos los protagonistas probando los roscones y brindando con una copa de cava. "Este año todo ha sido muy rápido –decían–, pero al que viene seguro que se suman muchos más establecimientos".