Deseos que van rumbo a Oriente
Los pajes de los Reyes Magos y su cartero visitaron ayer a los niños de Huesca y de Binéfar en busca de sus cartas y peticiones y para comprobar de primera mano si los pequeños han sido buenos durante el año.
"Nos ha preguntado si hemos sido buenas", respondían casi a coro Natalia Puente, de 6 años, y María Cerdá, de 8. Ellas acababan de entregar su carta a los pajes a cambio de una piruleta en forma de corazón y un marcapáginas para colorear con la imagen del Rey Baltasar y un breve cuento.
De tres en tres, los niños fueron pasando al habitáculo preparado para los enviados reales, que se esmeraban en retener el sinfín de peticiones que incluían algunas misivas, mientras los padres buscaban el mejor encuadre para inmortalizar el momento con sus teléfonos móviles. Eloy Gracia esperaba en la cola junto a su hermana Alba y su amiga Jara Artigas. El pequeño, de 7 años, se mostraba muy convencido de recibir el único regalo que había puesto en su carta, una videoconsola. Su hermana, de 10 prefería un juego de cocina, mientras que Jara esperaba encontrar bajo el árbol una muñeca. A cambio prometían dejar alimento para los reyes y sus camellos. "Les pondremos galletas, turrón y leche, y agua para que beban los animales", decía con emoción el grupo de niños.
Para asegurarse de recibir las cartas de todos los niños, los pajes reales volverán a instalarse hoy en el Casino de la capital oscense en horario de 12.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.30.
Los niños de Binéfar también pudieron entregar sus cartas en mano a un enviado especial de SS. MM. los Reyes Magos. Chavales de todas las edades acudieron al acto organizado por la concejalía de Festejos y Actos Populares del Ayuntamiento de la localidad en la ACR Binéfar 77 para que los pequeños pudieran depositar por sí mismos sus misivas, llenas de ilusión y de peticiones que se harán realidad, o no, en pocos días.
La fiesta comenzó a primera hora de la tarde con talleres de manualidades, como farolillos, y cartas a los Reyes, que confeccionaron los niños, en algunos casos ayudados por sus padres o hermanos mayores, ya que la actividad fue muy familiar. Al finalizar, el grupo Los Titiriteros de Binéfar ofrecieron un espectáculo de animación, con cuentos, canciones y bailes, que dieron paso al cartero real, vestido con su reglamentario uniforme amarillo canario.
Desde ese momento, los pequeños ya no pudieron aguantar su emoción y se agolparon para entregar sus cartas, al tiempo que recomendaban al enviado real que se asegurase de que estas llegaban a su destino.
