De controlar las mezquitas a vigilar internet
La Policía y la Guardia Civil han duplicado sus efectivos para combatir el riesgo del fundamentalismo islámico desde el 11-M. Sin embargo, su control ha pasado de estudiar lo que dicen los imanes en las mezquitas de Aragón a detectar a los lobos solitarios yihadistas por la red
"Se eleva el nivel siquiera sea de forma transitoria, sin que exista una amenaza concreta sobre España. No existe ningún elemento objetivo que permita hablar de un riesgo adicional de atentado en el país como consecuencia de los sucesos conocidos en Francia", señaló Fernández Díaz, antes de participar en la marcha de París, en la que se manifestaron 50 jefes de gobierno.
Un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado que se dedica a la vigilancia del fundamentalismo islámico en Aragón reconoce a HERALDO que las tareas han evolucionado desde el control que se hacía de las mezquitas y del extremismo que defendían algunos imanes, como el de Las Armas, en Zaragoza, hasta especializarse en la vigilancia de los lobos solitarios por internet.
Los correos de los yihadistas suelen saltar como un spam para no ser detectados por la Policía y la Guardia Civil. Pero la actuación policial contra el terrorismo islámico se centra en el ciberterrorismo, la radicalización, la financiación y el reclutamiento de los nuevos miembros, que se conocen como lobos solitarios.
Desde Afganistán hasta Siria
Ese viaje que se emprendía desde España hacia Afganistán ha cambiado de destino, porque ahora se integran en los grupos terroristas que han nacido en los conflictos en Siria, el Magreb o el Sahel (desde Mali a Mauritania), donde el Ejército francés actúa para frenar Al Qaeda, apoyado por el Ejército del Aire español con un contingente del Ala 31 de la Base de Zaragoza.
Esa imagen de la conexión personal de los futuros terroristas en las mezquitas de Zaragoza, que llevaba a la Policía y la Guardia Civil a buscar los contactos dentro de estos centros religiosos, se ha evaporado en los últimos años.
Los enlaces de los futuros miembros de Al Qaeda se realizan por internet y ya en el lugar de destino. Así ocurrió con el joven argelino Nouh Mediouni, un estudiante de 23 años que cursaba grado superior de Formación Profesional de informática en el colegio Pablo Serrano, en Las Fuentes, que realizó un viaje para conectar con Al Qaeda en el Sahel y al que seguían. Fue detenido el día de San Jorge de 2013 por miembros de la Comisaría General de Información y Grupos Especiales de Operaciones (GEO) para evitar cualquier sorpresa. Estuvo preso en primer grado en la prisión de Córdoba durante once meses, hasta que el juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional, archivó su causa. Al poco de salir libre, Interior decidió expulsarlo a Argelia en marzo de 2014 por "motivos de seguridad nacional" y lo entregó a las autoridades de su país.
Los agentes de la Comisaría de Información de la Policía se han dedicado con eficacia a la lucha contra el ciberterrorismo desarrollando "una vigilancia digital para garantizar la seguridad en el ciberespacio". Los comentarios de Mediouni en el foro de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)sobre el atentado de Boston ("lo que sienten ahora es lo que sienten los niños en Afganistán, Siria e Iraq", dijo) sonaron como una alarma entre los investigadores, porque parecía que había sido captado por el número dos de la organización, Amine Saumi.
La vigilancia estrecha de Nouh Mediouni en Zaragoza, que fue controlado dos años antes de su detención, llevó a la Policía a evitar cualquier movimiento. Sabían que viajó al Sahel con AQMI, se vigiló a un grupo de amigos con los que salía al campo tras conocerlos en la mezquita, y se controlaron sus contactos desde cabinas e incluso el uso que hacía del wifi de sus vecinos.