Si te dicen que un niño nunca deja de reír, regálale un traje de la buena suerte

La Navidad es de los más pequeños: estos días pueden viajar con Shackleton, Ícaro o con un emperador

Los niños casi siempre están de suerte. Aunque parezca un chiste malo, Sergio Lairla y Ana G. Lartitegui les ofrecen ‘El libro de la suerte’ (A Buen Paso), un álbum ilustrado que contiene dos historias: la de Buenaventura y la de Malapata. Al primero casi todo le sale bien, y al segundo, mal. Los dos se encuentran en el centro, en unas páginas desplegables que se abren y se cierran como un acordeón.


‘El muñeco que hace reír’ es el primer álbum del sello Cosquillas de Monzón: el texto es de F. J. Porquet y las ilustraciones son de Anabel Juste, que hace toda una exhibición de técnicas, de colorido y de uso del collage. Se cuenta la historia de un joven, del país de la Plastilina, que no puede asumir que el duende Pocoloco no lo quiera llevar alrededor del mundo en su maleta. El cuento, con muchas propuestas de tipografía y de puesta en página, cuenta el drama de alguien que no se acepta a sí mismo. ‘El nuevo traje del emperador’, de H. C. Andersen, lo adapta Raquel Garrido y lo ilustra Dàlia Adillon. La propuesta, muy lograda, mereció el II Premio Apila; la narración es conocida: denuncia la impostura, el papanatismo, las mentiras del poder y exalta la lúcida y necesaria inocencia de los niños.

Federico Delicado escribe e ilustra un texto extraordinario, ‘Ícaro’ (Kalandraka), poético y con leve complejidad de exposición: es, a través de su hijo Ícaro, la historia de un padre de familia al que le nacen alas y pico de pájaro.


Uno de los libros del año es ‘El viaje de Shackleton’, de William Grill, que cuenta la expedición a la Antártida y esa gesta increíble sobre los hielos. El libro tiene todo de información: de perros, de marinos, de objetos, de comidas, de islas, de viajes y delirios. Al llegar al final apetece recomenzar:sabemos que es una aventura, pero parece soñada e inverosímil.