El colista ofreció resistencia

Durante casi todo el partido el quipo tuteó sin ningún rubor a la potente escuadra local, pero cuando ya paladeaban un sabroso punto, una jugada desafortunada terminó dejando la victoria en casa.

Faltó muy poco para que la visita del colista Barbastro, acabase convirtiéndose en un caramelo envenado a la buena racha del Ebro. Enésima demostración que en el fútbol no hay enemigo pequeño y que aunque la diferencia de puntos y posiciones que refleja la clasificación sea mucha, hay que terminar demostrándola en el campo. El mejor halago que se le puede ofrecer al equipo del Vero es la pregunta que muchos seguidores locales se hacían en la grada: ¿Cómo puede ser que este equipo vaya último? Y es que visto lo visto ayer, parece difícil de creer. Durante muchos minutos tuteó sin ningún rubor a la potente escuadra local, pero como suele suceder cuando estás abajo, la diosa fortuna casi siempre suele serte esquiva, y cuando ya paladeaban un sabroso punto, una jugada desafortunada terminó dejando la victoria en casa.


Primera mitad muy movida con pleno de aciertos en todas las llegadas, producidas además en los primeros 25 minutos. Nada más comenzar, una falta lateral botada por Lario es cabeceada inapelablemente por Ángel. El Ebro no tarda mucho en remontar con sendos goles casi consecutivos de Edu García y Camus, antes que el Barbastro volviese a golpear en una internada de Serrano, y su centro lo remata casi en línea de gol, Ros.


Con todo por decidir se jugó una segunda parte emocionante, en la que el dominio correspondió al Ebro, pero en el que la tremenda velocidad de los puntas barbastrenses, hacía que cualquier cosa pudiera acontecer. La salida de Chaure en los últimos diez minutos ayudó a ganar. Tras una primera advertencia, en la que su envío fue cabeceado por Edu García al travesaño, en la segunda llegaba el gol del triunfo, en colaboración con un leve desvío del defensa Cabetas.