España y Venezuela, al borde de la ruptura diplomática

Madrid pide explicaciones a Caracas después de que Nicolás Maduro acusase a Aznar de ser responsable de la muerte de un millón de civiles iraquíes

La ya de por sí deteriorada relación entre España y Venezuela se enturbió aún más si cabe ayer hasta el punto de acercarse a un lugar de no retorno que puede incluso desembocar en la ruptura diplomática.


La causa está en unas declaraciones del presidente Nicolás Maduro, en las que acusó al expresidente español José María Aznar de ser culpable de la muerte de cientos de miles de civiles iraquíes por su apoyo a Estados Unidos para derrocar a Sadam Husein. "Un millón doscientos mil muertos en Iraq por culpa de Aznar, el asesino de España, sangriento asesino de España, el expresidente español Aznar", afirmó el viernes el líder bolivariano.


La respuesta de España fue inmediata y contundente. La Moncloa emitió ayer un comunicado para "deplorar las lamentables declaraciones del presidente Maduro". La nota distribuida añade que "este tipo de descalificaciones, falsedades y calumnias sobre autoridades y líderes políticos españoles son, desgraciadamente, demasiado frecuentes por parte del Gobierno de Venezuela". "Son injustificadas, carentes de fundamento e impropias de los profundos lazos de amistad que han unido a los dos países a lo largo de la historia", concluye.


Por su parte, el Ministerio de Exteriores convocó ayer por la tarde al encargado de Negocios venezolano para que ofreciese explicaciones sobre el ataque de su presidente a Aznar. Tras el encuentro con el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, ninguna de las dos partes ofreció detalles sobre la conversación.


Continuos encontronazos


Las palabras del presidente venezolano no son fruto de una improvisación sino consecuencia de los continuos encontronazos que ambos Gobiernos han protagonizado a lo largo de los últimos meses. El pasado martes, durante una entrevista al canal mexicano Televisa, Mariano Rajoy expresó su voluntad de llevarse bien con Venezuela como país que a lo largo de la historia ha acogido a centenares de miles de emigrantes españoles. Pero a continuación, el presidente sembró la polémica al explicar que si se lleva mal con Maduro es porque a él le gusta la democracia.


Con estas palabras Rajoy puso en entredicho la legitimidad del Gobierno de Caracas, que se enfrenta a una fuerte contestación interna que ha llevado a la cárcel a varios de los líderes opositores. Tras la declaraciones del jefe del Ejecutivo español, era seguro que el contraataque de su homólogo venezolano era solo de cuestión de tiempo.