​Emprendimiento esbelto

En momentos complicados intentamos darle la vuelta a todo, para empezar a las ganas de trabajar y encontrar cómo hacerlo, y explicarlo con otra terminología que nos haga aparecer como diferentes e innovadores

El término es una idea de Eric Ries, uno de esos emprendedores en serie de Silicon Valley, joven, científico, listo y triunfador. La imagen misma de esa parte de la Tierra que aloja muchas de las mayores corporaciones de tecnología del mundo y miles de pequeñas empresas en formación que llamamos ‘start-ups’ (en Zaragoza, acaba de celebrarse el ‘startup Pirates’, destinada a la gestión aceleradora de personas –o cómo trabajar mejor– y a la creación de ‘start-ups’ y nuevas empresas). Ries es reconocido como pionero de la metodología Lean Startup, que propone una receta para que los emprendimientos utilicen sus recursos lo más eficientemente posible. Aunque habría que comenzar explicando que emprender y empredimiento es trabajar sin más, es tener una idea y sacarla adelante para ganarse el pan, aunque dicho a la manera del siglo XXI, en esa manía de cambiar los nombres para hacer lo de siempre: trabajar y pensar cómo hacerlo.


Para los curiosos (y para los que se dejan impresionar por un currículo), Ries creó tres ‘start-ups’; en 2012 fue nombrado emprendedor residente por Harvard Business Review; hoy es socio de Ideo (una consultora de diseño e innovación) y forma parte del consejo directivo de varias ‘startups’ tecnológicas. Además, es autor del superventas de ‘New York Times’ ‘The Lean Startup’ en el que explica cómo abordar el lanzamiento de negocios, y del popular blog para emprendedores ‘Startup Lessons Learned’. Toda una eminencia a sus 35 años.


Siguiendo sus indicaciones, un emprendedor en serie es quien lanza varios proyectos a la vez o uno tras otro, y si la cosa va bien puede llegar a convertirse en empresario en serie. De hecho, la mayoría de quienes componen la famosa lista de multimillonarios de Forbes han sido emprendedores/empresarios en serie.


Tres consejos


Entre los consejos que da hay tres que se reiteran: no depender de otros demasiado, conocer el mercado y controlar la inversión. Nada que no sepamos. Carlos Bravo Sánchez, un ingeniero industrial y doctor en ciencias empresariales, y muy versado en el mundo ‘online’, ofrece una fórmula matemática (Probabilidad de fracaso de 1dolar.org: Pf (1dolar.org) = (1 – 0,2 x 0,2 x 0,8) x 100 = 96,8%) y que al aplicar sus variables explica que para tener éxito tienes que haber fracasado una o dos veces antes. También, nada que no sepamos, porque como cuenta la zaragozana Pilar Andrade, expresidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (Ceaje), en EE. UU. un empresario/emprendedor que fracasa es un valor en alza, "porque sabe dónde no va a volver a errar". Aquí, sin embargo, es casi un apestado.


Bravo Sánchez es el creador de ‘1dolar.org’, un proyecto solidario con intereses económicos porque, como él mismo cuenta, "por una parte apoya a una oenegé y por otra busca igualmente generar beneficios. La idea es un poco ‘friki’. Cogemos un famoso y ponemos su cara en un dólar real. Lo firma y lo ponemos a subastar. Los beneficios van directamente al proyecto social elegido. A la vez habrá unos 125 ejemplares sin firmar que se venderán ‘online’ para financiar el proyecto. Se hará una serie con 20 famosos y ya tenemos las primeras confirmaciones". Ahí queda.


Spin off en Aragón


Pero volvamos al emprendimiento. Les ahorro, eso sí, la terminología que inunda este mundo como, por ejemplo, el ‘producto mínimo viable’ que es analizar el supuesto éxito de un producto en el mercado. Y ya no les mareo más, porque el universo de la nueva terminología es tan simple como esto: usted tiene una idea, analiza sus posibilidades, si hay o no demanda, busca financiación y la saca a la calle. Así lo explica Alicia Asín cuando cuenta cómo nació Libelium, una empresa de tecnología avanzada que surgió de una tesis doctoral de su socio David Gascón en 2006 para convertirse en una empresa con 3.006 euros y con ayuda la Universidad de Zaragoza (a la que llaman ‘spin off’ y de las que hoy existen 26):Libelium exporta ahora el 90 % de su facturación a más de 75 países, principalmente a EE. UU.

Sus productos han medido la radiación en Fukushima, han colocado sus sensores en el espacio a bordo del Ardusat (primer satélite ‘open source’) o han ayudado a crear dispositivos que mejoran la salud en países en desarrollo. Y todo ello desde aquí.