"Como empleado preferiría ganar menos en España a irme fuera"

César López I consejero delegado de gss I El grupo de ‘call centers’ emplea a 500 personas en Aragón

César López, consejero delegado de GSS.
"Como empleado preferiría ganar menos en España a irme fuera"
oliver duch

Nacido en Madrid en 1966, su experiencia en el sector comenzó en 1986 en la empresa de ‘telemárketing’ Teleaction fundada por su padre, Vicente López, actual presidente de GSS. En 2000 constituyó GSS, Global Sales Solution. ¿Cómo nace GSS?

GSS es un grupo de compañías cuyo equipo directivo venimos de la industria que en su momento se llamaba el ‘telemarketing’, donde empezamos en 1986. Estamos casi 10.000 empleados, damos servicio a 69 países, que no quiere decir que tengamos plataformas allí, sino que trabajamos para esos países, y en facturación vamos a estar este año casi en los 100 millones de euros. Tenemos la mayoría de centros y operaciones en España y también en Latinoamérica, con tres centros en Lima (Perú).


¿Cómo ha evolucionado este sector, uno de los más recientes?

El sector ha ido evolucionando hacia lo que llaman ahora la ‘omnicanalidad’. Ha pasado del ‘call center’ al ‘contact center’, hasta

unir las actividades que incluyen la gestión de todas las operaciones que conllevan o no teléfono. Ahora se busca gestionar todos los canales de contacto con el cliente, no solamente el teléfono sino también la parte ‘on line’ de redes sociales y la parte presencial.


¿Con qué compañías trabaja GSS?

Siempre trabajamos para terceros. El sector fundamental son las operadoras de telecomunicaciones, pero también el sector financiero, tanto banca como seguros. En su momento también la administración pública, pero con las restricciones presupuestarias, menos.


La imagen del teleoperador se ha visto dañada por las llamadas a horas intempestivas y otras malas prácticas de algunas compañías.

Evidentemente. Para eso hay una asociación de empresas que tratamos de luchar contra esas compañías. Desgraciadamente, como en todos los sectores, estamos empresas que queremos mantener una trayectoria, que llevamos muchos años y queremos seguir viviendo de esto y gente que entró por oportunismo o multinacionales que si falla se van. Nosotros somos de aquí y lo que queremos es crecer.


¿Qué balance hace de su llegada a Aragón?

Hemos crecido más de lo que teníamos previsto cuando llegamos a Ateca en 2011. Cuando abrimos el centro de Calatayud en 2013 la idea era tener 500 personas en Aragón en cuatro años y lo hemos hecho prácticamente en un año. En Calatayud tenemos más de 300 y más de 200 en Ateca. Si todo se da como parece, no descarto llegar a las 1.000 personas a final de 2015. Nos está funcionando muy bien el capital humano.


¿Cómo ha afectado la crisis económica a esta actividad?

En los años 2000 hubo un ‘boom’ que coincidió con la liberalización de las telecomunicaciones. La crisis ha servido para depurar. Yo creo que un tercio de las empresas han caído, grandes y pequeñas, y que al final quedaremos solo cuatro o cinco, las compañías grandes.


Por el contacto que tienen con otros sectores, ¿nota si ya se recupera la actividad?

Sí. Con esta crisis nos hemos dado cuenta de que somos una industria muy alineada con el consumo. Estamos viendo cómo las grandes compañías están mucho más optimistas. Este último año el grupo está yendo muy bien porque creo que todas las empresas en su momento redujeron mucho sus plantillas y ahora cuando tienen que incrementar sus operaciones porque aumenta la actividad, lo que no se vuelven a plantear muchas veces es incrementar la plantilla sino subcontratar. 2015 clarísimamente va a ser bueno y el 2016 depende de muchas cosas, fundamentalmente políticas y de políticas económicas. Cualquiera que invierta aquí lo que necesita es un mapa porque cuanto más claro tiene el horizonte más claras toma las decisiones. Cualquier tema que genere inestabilidad perjudica la economía real.


Esta recuperación que observa, ¿puede traducirse en una mejora de las condiciones laborales en el sector?

Hay una presión por parte de los clientes que ha hecho que se reduzcan mucho los márgenes, en un sector de mucho volumen, pero con un margen muy pequeño. La partida de salario es la mayor, que puede ser el 70% o 75% de los costes fijos. El tema de las condiciones laborales en el sector depende de con qué lo compares. Creo que ha habido un defecto de comunicación de las empresas que no hemos sabido explicar las condiciones laborales. El sueldo medio está bastante por encima de trabajos que pueden ser comparables, como los del convenio de oficinas y despachos.


¿Pero siguen siendo puestos para mileuristas?

Son sueldos de más de 1.000 euros fijos y con incentivos que lo incrementan, eso en horarios de lunes a viernes. Es un trabajo intenso, pero no es lo mismo que te llamen para una reclamación que para otro tema. Es una profesión muy desconocida y uno de los pocos sectores que no ha incrementado sueldos solo con la inflación sino por encima porque así se negoció en el convenio.


En España, ¿es hora de subir salarios o, al menos, dejar de bajarlos?

No soy partidario de bajar los salarios, pero tampoco subirlos. Depende mucho del tipo de salario. Uno de 600 euros creo que no puede seguir así, debería haber fórmulas para que fuera solo de introducción en el mundo laboral.


¿Se refiere a la llamada formación dual, que incluye formación y prácticas en la empresa?

Yo no le pongo nombre. Para alguien que empieza y en quien vas a invertir como compañía en su formación veo lógico ese salario bajo, pero de forma temporal, luego esos salarios tienen que pasar a ser salarios más normales. Dicho esto, una de las cosas que está haciendo que España vaya mejor es bajar salarios porque ha aumentado la productividad y la competitividad. Nosotros estamos compitiendo contra países como Portugal, que tiene salarios más bajos y que está al lado, y ya no digo norte de África o Perú, donde los costes son la mitad. Como empresario prefiero invertir en España, pero si no puedo competir tengo que ir donde la empresa subsista. Eso desgraciadamente es así. Al final sale perdiendo el que no puede tomar esa opción y opta por ir a trabajar a otro país. Yo como empleado que he sido muchos años, prefiero ganar algo menos y ganarlo en España que tenerme que ir fuera a buscar trabajo porque nos hayamos cargado la industria y hayamos dado de comer a la de otros países. Porque luego recuperar el tejido industrial que se ha muerto es mucho más complicado.