El autor de la agresión que dejó en coma a un exmilitar queda libre tras reconocer los hechos

El hombre, que acudió voluntariamente a la Policía, dice que los dos iban muy bebidos y que se pelearon tras un roce en un bar del Casco

El hombre que dejó en coma el pasado sábado a un exmilitar en la calle de El Temple quedó ayer en libertad provisional tras reconocer ante el juez de guardia que se peleó con la víctima y le asestó un puñetazo que le hizo desplomarse y golpearse la cabeza contra el suelo. El presunto agresor, de unos 45 años e identificado como J. P. A., fue detenido el martes tras acudir voluntariamente a la Jefatura Superior a confesar su implicación en los hechos. Aunque su entrega ha permitido resolver antes el caso, el Grupo de Homicidios ya tenía constancia de su participación en la agresión e iba a proceder de forma inmediata a su arresto.


Durante su comparecencia ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5, el detenido aseguró que no fue consciente de las graves lesiones sufridas por Jesús Cortés hasta que leyó la prensa. El hombre, que no tiene antecedentes penales ni policiales, reconoció que tuvo un encontronazo con la víctima sobre las 3.15 de la madrugada del pasado sábado. Según su versión de los hechos, ambos coincidieron dentro del bar Licenciado Vidriera, donde el exmilitar trataba de abrirse paso entre la gente profiriendo insultos. El detenido mantiene que fue entonces cuando le dijo que si tenía algún problema podían salir a la calle para resolverlo. Al parecer, le tomó la palabra y los dos acabaron enzarzados en una pelea a las puertas del establecimiento.


El presunto autor de la agresión, al que asiste el abogado Fernando Lacruz, dice que el primero en lanzarle varios puñetazos fue el hombre que ahora se encuentra en la uci del Clínico. De hecho, afirma que uno de ellos llegó a alcanzarle y que fue entonces cuando decidió defenderse.


Jesús Cortés, que además de ser militar retirado fue figura del fútbol sala zaragozano en la década de los 90, recibió un fuerte golpe en el rostro que le hizo caer al suelo. El hombre, de 49 años, comenzó a sangrar de forma abundante, por lo que una enfermera que pasaba por la calle decidió intervenir y ponerle en posición de seguridad. Enseguida se presentó allí una ambulancia del 061, que trasladó a la víctima a urgencias para ser atendida, en principio, de una fractura en la nariz. Sin embargo, poco después de su llegada al hospital el herido entró en coma.


Según J. P. A., cuando se produjo la pelea, tanto él como su oponente se encontraban bastante afectados por el alcohol. Durante su declaración ante el juez de guardia, el detenido llegó a confesar que había estado de celebración con varios compañeros de su empresa y que llevaban consumiendo güisqui desde las siete de la tarde.


El presunto agresor reconoció también que tras asestar el puñetazo a la víctima se marchó del lugar de los hechos.Pero asegura que no trataba de escapar de la Policía, puesto que no sabía del grave estado del otro hombre.