El cava y el arte se unen por una buena causa

La muestra de artistas que han pintado cien botellas de Freixenet se clausura en Zaragoza.

Ana Bendicho, Elisa de Val, Ramón Álvarez, Santiago Villanueva, Carmelo Rebullida y Juan Barbacil.
El cava y el arte se unen por una buena causa
Agencia Almozara

Casi un año después ha regresado a Zaragoza una muestra colectiva de mucho nivel tras recorrer numerosas ciudades españolas: la exposición ‘100 botellas, 100 artistas, 100 años de Freixenet’. Para celebrar el centenario de la marca surgió esta iniciativa que en esencia supuso invitar a cien artistas aragoneses a dejar su impronta creativa sobre el vidrio. A cada obra se le puso un precio simbólico de 150 euros, con la idea de que el dinero llegara finalmente a personas con discapacidad intelectual.


Este miércoles el circuito viajero se cerró en la galería Cristina Marín (c/ Manuel Sancho, nº 11), donde la muestra estará hasta el día 18. Allí ejercieron de maestros de ceremonias el periodista Juan Barbacil y la diseñadora Ana Bendicho, que en el momento de poner en marcha el proyecto animó a muchos artistas a participar. Juan José Vera, Daniel Sahún, Pepe Cerdá, Eva Armisén o Ignacio Mayayo han vestido con gran elegancia esta cita centenaria.


También lo ha hecho el pintor Carmelo Rebullida. "Nunca había pintado sobre una botella -comentaba-, he querido hacer algo refrescante y fresco y la verdad es que ha sido una experiencia divertida". Entre las obras que más expectación levantaron estaba la del escultor José Antonio Barrios. De su botella, decorada con chapa de bronce, las burbujas del cava literalmente se elevan hacia el cielo.

También llamó mucho la atención la obra del artista visual Jesús Buisán, realizada con material reciclado que se concreta en una mano descorchando el cava.


Entre otros invitados, asistieron a la presentación el gerente de Aspanoa, Antonio Rodés; la pintora Julia Dorado o Marian Cabañuz, de la Joyería Ginés. También se acercaron Ramón Álvarez y Santiago Villanueva, gerente y presidente de FEAPS Aragón, muy agradecidos de que "Freixenet y tantos artistas hayan pensado en las personas con discapacidad intelectual, para las que el arte es una terapia importante en su actividad diaria".