El actual reto de la sanidad es el de afrontar una crisis económica que disminuye su capacidad de financiación y obliga a una mayor eficiencia. Para ello, se ha hecho especial hincapié en la importante contribución de los modelos de colaboración público-privada para que la capacidad de innovación del actual Sistema Nacional de Salud no se vea lastrado por la vigente situación económica.

En este abanico de opciones de acceso y financiación sanitarias, no hay que olvidar el papel de la sanidad privada, que representa un 2,5% del Producto Interior Bruto en España y el 26% del gasto del conjunto de la sanidad española, según datos del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad. Así, en el país son casi 10,7 millones, el 22,2% de la población, los asegurados, siendo el 85% de ellos usuarios también de la sanidad pública.

El ‘Primer barómetro de la sanidad privada’, efectuado este año, concluye con que la mayoría de los usuarios de seguros privados están satisfechos con este servicio. Además, es un hecho que la sanidad privada ha ganado en importancia en los últimos años y está muy bien valorada por sus usuarios.

Entre los motivos que animan a contratar un seguro médico privado, se encuentra el hecho de no tener que soportar listas de espera en el momento de una consulta, debido al reducido número de usuarios y a la amplia oferta de especialistas que facilitan el servicio en cuestión. También la inmediatez en los resultados de las pruebas y exámenes diagnósticos está muy bien valorada por los usuarios, al igual que el acceso a los especialistas sin necesidad de que intervenga el médico de atención primaria.

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