La clave del éxito

Septiembre marca el inicio del curso escolar y, al mismo tiempo, el de los centros especializados en másteres y posgrados, que se convierten en una alternativa muy interesante para los recién graduados. Y es que la realidad en la que continúa inmersa la economía puede conducir a un desánimo aparente, pero es precisamente este panorama el que aconseja a los egresados la búsqueda de más opciones formativas que les permitan incrementar sus probabilidades de encontrar empleo.


Según los últimos datos de Seguimiento de la Economía Aragonesa, publicados por el Instituto Aragonés de Estadística de la DGA, en julio de este año la tasa de paro juvenil había descendido casi un 4% en la Comunidad con arreglo a 2011. No obstante, los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal apuntan que en este pasado mes de agosto el paro en la Comunidad creció entre la población de entre 25 a 44 años, aunque de forma moderada, en un 0,47% y con 257 personas más desempleadas.


La crisis, según afirman los expertos en formación especializada, está propiciando un efecto de ‘depuración’ del mercado, al obligar a las empresas a realizar ajustes de plantilla y ser más selectivas que nunca con su personal. Eso constituye, a su vez, una oportunidad para lograr mayor profesionalización y competitividad.


Amplia oferta

Desde másteres en dirección de empresa hasta contabilidad o política comercial, pasando por la formación específica de numerosos grados universitarios en campos tan diversos como la ingeniería, las ciencias de la salud, la economía, el márquetin o los negocios, entre otros.


Quienes conocen más de cerca el mercado coinciden en que es esencial escoger la opción formativa que resulte más adecuada a los objetivos del propio interesado. Además, este tiene que motivarse y luchar por un objetivo, tener claro que la competencia será dura pero que las oportunidades están ahí.


La formación especializada en másteres y posgrados responde al reto de conectar al alumno con el mundo empresarial, permitirle realizar prácticas en una firma, ya sea local, nacional e incluso multinacional, y al mismo tiempo, seguir estudiando y formándose con una actividad específica. Pero lo que se obtiene en estos centros es mucho más: posibilidad de que cada alumno teja su propia red de contactos o ‘networking’, que le resultará útil en su futuro; estar en contacto con profesores que, a su vez, son duchos en el mundo empresarial; conocer gente y tener la posibilidad de cambiar de destino, de ciudad e incluso de país, con la importancia que la movilidad tiene hoy en día para los selectores de personal de las grandes compañías.


Cuestión de actitud

El mercado actual exige un abanico cada vez mayor de capacidades. Por ejemplo, cómo realizar una entrevista, cómo mantener una actitud activa a la hora de ofrecer soluciones ante un problema determinado, de sacar el máximo partido a un currículum o a una experiencia previa, de saber desenvolverse en distintas situaciones de diferentes entornos sociales e incluso culturales, de idiomas que no son el inglés o el francés...


Los másteres y posgrados contienen ese valor añadido que no tiene fecha de caducidad: la formación especializada, un activo para cualquier currículum que muchos expertos en la empresa consideran básico antes de acceder a cualquier puesto de trabajo que requiera de una mínima cualificación.


Con uno de estos títulos, y sus correspondientes prácticas, se aúnan conocimientos, habilidades y experiencia laboral antes de dar el gran salto.



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