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Unas obras menos incómodas

Una queja por la falta de seguridad en las obras de reforma de la calle de Pontevedra, en Zaragoza, propició una rápida reunión entre la empresa y el Ayuntamiento y en solo dos días se ha procedido a tomar medidas.

Unas obras menos incómodas
Unas obras menos incómodas
ÁNGEL IBÁÑEZ MENÉS

La denuncia hecha pública hace dos días por Ángel Ibáñez Menés, comerciante de la calle de Pontevedra, en el zaragozano barrio de Torrero, sobre la falta de seguridad vial en unas obras de reforma ha tenido una rápida respuesta. Desde ayer al mediodía los viandantes pueden caminar y acceder a sus portales sin problemas.


La renovación de los servicios en esta calle comenzó en junio. El día 23 de ese mes se restringió el paso. A mediados de julio, los operarios instalaron la acometida provisional de agua. Desde entonces las tuberías sobresalían en medio de la acera, por lo que suponían un peligro.


Esta ha sido una de las actuaciones que ahora se han corregido. Tal y como confirmó el gerente de Dubarti Construcciones –la empresa que ejecuta los trabajos-, los tubos permitieron que las viviendas siguieran teniendo agua pero ahora se ha mejorado su instalación. Se han soterrado en algunos tramos y en otros se han ido adaptando a las curvas de la acera y de los portales, sujetándolos con cemento a la pared.

 

Disculpas reiteradas

Desde la empresa reiteraron sus disculpas por las molestias ocasionadas a los vecinos y adelantaron que se han realizado las actuaciones necesarias para minimizar los problemas y evitar así nuevas quejas en el futuro. El responsable confirmó que ayer a las 13.00 concluyeron las tareas de remodelación del plan de seguridad.


Fuentes del Área de Infraestructuras del Ayuntamiento recordaron que, tras conocer esta denuncia, técnicos municipales se reunieron con personal encargado de la obra para corregir los fallos de manera inmediata. Indicaron que una actuación de este tipo conlleva inconvenientes, que se agravan por la estrechez de las aceras de la calle de Pontevedra. La modificación efectuada ya ha sido revisada por los técnicos.


Entre los problemas que denunciaba Ángel Ibáñez se encontraban, por ejemplo, los huecos que quedaban entre la acera y la zanja abierta para renovar los suministros. Ahora ya han sido tapados, evitando así el riesgo de caídas. Los tablones colocados en la acera para permitir el paso se han afianzado y, en un punto, se ha instalado una pequeña pasarela. En la entrada a un portal, que antes se encontraba “con maderos colocados de cualquier forma”, se ha habilitado un paso que, “aunque de tierra, está llano y bastante más seguro”, señaló Ibáñez.

 

Rampa de acceso

Ir con silla de ruedas o con un carrito de bebé era, hasta ayer, casi imposible, dada la dificultad de transitar por las aceras por la cantidad de obstáculos que existían. Los operarios de la obra tenían que ayudar a un anciano con problemas de movilidad a atravesar la calle para llegar al autobús que le traslada a un centro de día. “Ahora ya puede salir con la silla sin demasiados problemas porque le han puesto una rampa para salvar el tubo y el escalón de su casa”, cuenta Ibáñez.


Por otra parte, las vallas de protección se han asegurado para que no puedan ser derribadas, como había ocurrido en más de una ocasión.


Ángel Ibáñez mostró su satisfacción por el resultado final aunque dijo que “la pena es que no se haya hecho lo correcto desde el principio”. “Entiendo que las obras incomodan -apuntó-, pero tal y como estaba la calle no era de recibo. A partir de ahora, sí que podemos convivir con las obras, porque quienes caminemos por la acera ya no tenemos tantos peligros y obstáculos en el suelo”.


El gerente de Dubarti Construcciones confirmó que el plazo de finalización de la obra es diciembre de este año, aunque se están intentando acelerar los trabajos para terminar antes de esa fecha.