PARA AMANTES DEL MUNDO SUBMARINO

Una sirena olímpica entre arapaimas

Como pez en el agua se sintió ayer Teresa Perales en su inmersión en el gran tanque del Acuario de Zaragoza. La nadadora buceó entre pirañas y arapaimas, en una experiencia que también podrá experimentar el resto de los mortales, aunque pagando 200 euros por 90 minutos.

Con el 'traje de faena', esto es, vestida de neopreono y cargando una bombona de oxígeno, Teresa Perales realizó ayer una inmersión en dos millones de litros de agua, que son los que contiene el gran tanque del Acuario de Zaragoza, en el que nadan a sus anchas peces de los ríos más representativos del planeta. Ayer estas holguras fueron un poco menores, dado que junto a la atleta paralímpica, se arremolinaban algunos instructores de buceo, varios periodistas y, por supuesto, curiosos que no daban crédito a cómo una arapaima amazónica de casi dos metros era capaz de comer de la mano de los 'intrusos' de su ranchito.


"Ha sido una experiencia increíble, poder respirar debajo del agua era de lo poco que me quedaba por hacer en una piscina y es maravilloso que los peces se dejen tocar", relataba ayer una entusiasmada Teresa Perales.


La nadadora 'practicó' estilo libre entre pacus, tiburones malayos, ciclasomas y peces gato y también compartió 'escenario' con algunas pirañas que, eso sí, eran vegetarianas. A pesar de que sus temidas 'primas' carnívoras se encuentran en otro tanque, las que ayer alimentó Perales tampoco son precisamente inofensivas: cuentan los expertos que tienen una fuerza en la mandíbula capaz de cascar nueces o triturar piedras.


"Una de las cosas que más me ha sorprendido es que hay infinidad de peces pequeños, como de nueva hornada", que, según explicaron después los responsables del Acuario, son las crías de las grandes especies que ya han nacido en Zaragoza desde que el recinto lleva abierto.


Pedro Gimeno, el director técnico del Acuario, definió la inmersión como una experiencia única "porque se bucea en 'el gran río del mundo': es el único lugar del planeta en el que se contienen especies de los ríos más característicos de los cinco continentes. De hecho, el tanque central simboliza el origen de todas las especies y por eso los cinco ríos representados -el Nilo, el Mekong, el Amazonas, el Murray y, por descontado, el Ebro- convergen en este punto".


Perales, que relató que la flotabilidad le había resultado un poco difícil porque las piernas se le iban hacia arriba, aseguró que no dudaría en repetir la experiencia, a pesar de que -bromeó- una arapaima le había intentado comer un dedo. Inmersiones como la suya de ayer forman parte de la oferta lúdica del Acuario que los amantes del mundo submarino pueden contratar (976 076 606). El único requisito para bucear entre esturiones y peces de largos bigotes es poseer un título de inmersión -"más sencillo de conseguir de lo que muchos creen"- e invertir unos 200 euros en esta novedosa aventura. Así, el Acuario ofrece 90 minutos de inmersión, con una explicación previa a cargo de los buzos profesionales y con la compañía, una vez dentro del tanque, de personal cualificado.


Rosa del Moral, directora comercial del Acuario, explica que el Acuario "no solo es un centro en el que disfrutar de una exposición viva, sino que se puede sacar mucho más provecho del recinto". El abanico de actividades del Acuario incluye talleres pedagógicos, exposiciones, actos sociales y culturales -hay, incluso, un auditorio cuyas paredes hacen las veces de gran pecera- y estamos perfilando nuestro departamento de investigación científica", adelanta Del Moral.


Por lo pronto, el Acuario quiere promocionar estas inmersiones como -quién sabe- un original regalo para la próxima Navidad. Una nueva perspectiva para ver a las rayas, los emperadores o, incluso, las anacondas caribeñas para la que no hace falta mostrar como credencial ninguna medalla olímpica.