No es primavera, pero en la Comunidad de Calatayud se siente cerca. Los campos de almendros pintan manchas blancas y rosadas en un paisaje que tímidamente ya reverdece y da la sensación de más luz al paseante. Algunos de estos árboles solitarios, viejos, olvidados y que de nadie reciben cuidados desde hace años, siguen llamando la atención cuando el invierno regala varios días de agradables temperaturas.

Así ha venido ocurriendo desde la mitad de este mes, en el que se han registrado máximas de hasta 18 grados, los que marcó el mercurio el jueves 24 en Calatayud. Las laderas sobre la autovía de Aragón a su paso por Aluenda son una muestra de los primeros colores que llegan con la próxima estación. También las zonas bajas de las sierras… las vegas fértiles se extienden junto al Jalón y el Jiloca, que llevan agua en abundancia y el humo blanco de las hogueras explica desde hace unas semanas que la poda termina.

El árbol está limpio. Las yemas preparadas para brotar. Los campos de cereal piden agua para sacar la cosecha y de las heladas, que seguro que llegarán, dependerá la de almendra. Esta es la flor más temprana, la que saldrá más perjudicada de las próximas noches que dejen escarcha.

El blanco de los cerezos, abundantes también en esta comarca, anunciará que la primavera ya esta aquí. Pero queda casi un mes. Mientras tanto, disfrutemos de las primeras señales que anuncian que el invierno va llegando a su fin.