HERALDO ABIERTO

Una hora de vueltas y quejas con el 42

Varios usuarios de la línea 42 critican el incumplimiento de frecuencias de este autobús.

Unos usuarios esperan al 42, una de las líneas más largas de la ciudad.
Una hora de vueltas y quejas con el 42
LAURA URANGA

Una viajera espera desde hace rato en la primera parada del 42, en el Paseo del Canal. Es una de las líneas más largas y con más usuarios de Zaragoza, y una de las que más quejas recibe. En el cartel pone que la frecuencia es de seis minutos. Es la una y media, y ya lleva casi un cuarto de hora esperando. Llega el autobús, que apenas para unos segundos para que suba la viajera y parte rumbo al Actur.


"Ya empiezo con retraso. Esta línea va fatal, es imposible cumplir los tiempos que nos marcan. Es un recorrido muy largo y nos afectan mucho las obras y el tráfico. Nos han cambiado el recorrido por las obras del tranvía y ahora tardamos 5 o 10 minutos más que antes. La gente se queja mucho, con razón, y nos culpa a nosotros", afirma el conductor.


El autobús coge rápido las curvas y se va llenando por las calles del barrio de la Paz. Cruza el Canal y en el paseo de Colón ya no queda un sitio libre. "El 42 tarda mucho. Lo cojo todos los días para ir a trabajar. Voy desde la Paz hasta la Casa Grande y ahí cambio al 20. Trabajo en Casablanca y tengo que coger el autobús una hora antes para llegar bien", señala María Luisa Segura.


Un chaval con cara de sueño va en el asiento de atrás. "Salgo del cole y voy a comer a casa, en la calle Rioja. Mi colegio es el San Antonio de Padua. Últimamente el autobús va peor, tengo que salir de casa quince minutos antes", cuenta Carlos Ciprés, de 9 años.


En la zona de Isabel la Católica y Vía Hispanidad, el tráfico es denso. Es hora de salir del trabajo e ir a comer a casa. "No creo que la línea vaya mal, creo que ha mejorado. Yo voy todos los días desde Violante de Hungría hasta la Almozara", apunta Elena Santor.


La 42 es una de las líneas más utilizadas de la ciudad. Cruza Zaragoza de sur a norte, conectando puntos neurálgicos como el hospital Miguel Servet, el Clínico, la Romareda, la Universidad de Zaragoza, Grancasa y el campus del Actur. El incumplimiento de las frecuencias es la principal queja.


"Es muy irregular. Hay días que van tres autobuses seguidos y luego tenemos que esperar media hora en la parada al siguiente. Con las obras del tranvía, la situación ha empeorado", afirman Mario y Elisabeth Echeverría, que van de Condes de Aragón a la Almozara.


Desde el Ayuntamiento explican que es una línea que funciona "bien". "Salvo en horas punta, en las que hay momentos de más ocupación, su funcionamiento entra dentro de los parámetros normales. A principios de año se reforzó con un autobús más. Y parte de sus usuarios se han trasladado a las nuevas líneas circulares", afirman fuentes de Servicios Públicos. El Ayuntamiento no contempla, de momento, cambios en esta línea. Cuando entre en funcionamiento el tranvía, se hará una reorganización del transporte público en la ciudad.


El autobús cruza el Ebro y enfila la avenida de María Zambrano, en el Actur. El recorrido termina, pasadas las dos y media, en el CPS.