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Un turista armado con un bonobús

El zaragozano José Luis Pueyo se ha montado en todas las líneas de bus de Zaragoza. Y lo ha contado en un blog.

José Luis, esperando en una marquesina del paseo de la Independencia, como tantas veces en los últimos meses. Ayer, era para la foto.
Un turista armado con un bonobús
ESTHER CASAS

Ni es político ni trabajador de Tuzsa, pero se conoce las líneas de autobús de Zaragoza mejor que muchos de ellos. José Luis Pueyo lleva más de un año dedicando cada domingo a eso, a hacerse un trayecto en bus y contarlo en un blog. Acaba de terminar con la última línea -el búho N7- y su conclusión es clara: "Aunque no lo uso regularmente, sí recomendaría el transporte público". Y eso que, tras tanto giro y vuelta, ha visto de todo y ha comprobado que toda la flota no está en las mismas condiciones. "Los vehículos que se mueven por el centro están bastante bien, mientras que los que van por los barrios chirrían un poco y les cuesta meter las marchas".

La travesía de este zaragozano comenzó, casi por casualidad, a finales de 2009, cuando decidió cambiar sus paseos dominicales por viajes en autocar. No para criticar, sino para aportar, como complemento a su trabajo de psicopedagogo en un instituto. "Mi meta era ver el ambiente, qué se cuece en los distintos barrios. Y meterme en una iglesia en cada parada". Dicho y (ya) hecho. Y además documentado en internet en la dirección nuncameaburro.blogspot. com. "La idea del blog me la dio el padre de una amiga de una de mis dos hijas, y le puse ese nombre porque he oído a alumnos decir que se aburren y yo, de joven, me divertía con cualquier cosa. Poco a poco le cogí el gusto a escribir y me obligué cada fin de semana a hacer una reflexión del recorrido", recuerda. Y así, comenzó con la línea 20? hasta completar las 45 de Zaragoza. "Lo que he llevado peor -admite José Luis- es trasnochar para hacer las líneas nocturnas, aunque ha sido interesante ver el perfil de la gente. En una de ellas, un grupo de jóvenes se subió y se puso a meterse con un señor. Y pensé: '¡Ay, quién me mandaría!". Pero no todo ha sido malo. También le ha servido para charlar con los conductores, a los que considera amables y pacientes, y para descubrir rincones de la ciudad que ni se imaginaba y hasta distintos enfoques en las homilías de cada parroquia visitada. "No soy creyente, pero me ha parecido curioso -explica-. Y tengo que decir que en una misa, en el barrio de Casablanca, me emocioné y todo. Acabé cantando, dándole la mano a la gente de al lado?".

Finalizado este viaje, ya ha comenzado otro: ha creado una asociación, El periplo aragonés, con blog propio, claro, y muy distintos fines. Por ejemplo, hacer "turismo de personas", quedando cada domingo con gente que cuenta sus experiencias en distintos ámbitos o a través de regalos procedentes de donaciones, una actividad que ha bautizado como "me lo quitan de las manos". Y ya ha pensado expandir su actuación a la educación medioambiental y al acompañamiento de gente necesitada. Un no parar que, de momento, hará con su coche. Al bonobús le ha dado demasiado tute últimamente...