CIENCIA

Un proyecto pionero del Laboratorio Canfranc escudriñará el origen del Universo bajo la tierra

Un proyecto pionero en España a punto de comenzar en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (Huesca), con unos 40 físicos implicados, y que durará inicialmente cinco años, escudriñará bajo tierra el origen del Universo y su composición, con un nuevo detector de procesos "raros" basado en el gas noble Xenón.


La peculiaridad de este laboratorio, ubicado a casi 2.500 metros de profundidad (equivalente en agua) que se construyó aprovechando el desarrollo del túnel de carretera de Somport, lo hace ideal para este tipo de experimentos, debido a su blindaje natural de roca que protege del ruido de fondo, inducido por rayos cósmicos procedentes del espacio exterior y los procesos radioactivos naturales.


Con este proyecto se intentará detectar la materia oscura (que representa alrededor del 25 por ciento de la densidad de energía del Universo), y asimismo descifrar "por qué, a lo largo del tiempo, ha sobrevivido en el Cosmos más materia que antimateria cuando se cree que inicialmente las condiciones de ésta y aquélla eran simétricas".


Así lo ha explicado María Concepción González García, actualmente profesora ICREA en la Universidad de Barcelona y coordinadora del proyecto CUP (de las siglas inglesas Canfranc Underground Physics), que se desarrollará en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC), una instalación singular del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), recién inaugurada.


La dirección del experimento más importante del proyecto CUP, llamado NEXT (Neutrino Xenon TPC), correrá a cargo del profesor de investigación del CSIC, Juan José Gómez Cadenas, del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), un centro mixto del CSIC y la Universidad de Valencia.


Esta iniciativa pionera en España por los novedosos detectores que incluirá en sus experimentos, se enmarca dentro del programa del Gobierno CONSOLIDER-INGENIO 2010 para promoción de la investigación, y está previsto que reciba una aportación por parte del Ministerio de Ciencia e Innovación de cinco millones de euros.


Entre los colaboradores científicos que participan en los trabajos destaca la Universidad de Zaragoza, cuyo grupo, pionero en este tipo de ciencia desde hace más de dos décadas, fue creado por el recién fallecido profesor Ángel Morales, principal artífice del proyecto que concluyó en el nuevo LSC.


Bajo el macizo de El Tobazo (Huesca), en el interior del túnel carretero del Somport y del ferroviario de Canfranc, en donde se encuentra este laboratorio subterráneo, se estudiarán procesos tan sorprendentes como el de la desintegración doble beta sin neutrinos.


Con dicho proceso se intenta comprobar "si los neutrinos son su propia antipartícula", un interrogante cuya respuesta puede ser de relevancia para explicar por qué el Universo actual se compone de materia y no de antimateria.


Asimismo, según la investigadora coordinadora del proyecto, se pretenden desvelar misterios relacionados con la materia oscura, de la que se conoce únicamente su existencia debido a "sus efectos gravitatorios a grandes escalas", ya que "no interactúa con la radiación, y no se puede ver, como por ejemplo, ocurre con las estrellas".


Por ello, "para verificar la existencia de la materia oscura, como predicen los modelos, habría que ser capaces de detectar directamente una interacción de este tipo de partículas con un detector", como se intentará hacer en el Laboratorio de Canfranc.


En este proyecto participan, aparte de los organismos citados anteriormente, el CIEMAT, la Universidad de Granada, la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Santiago de Compostela y las Universidades Politécnicas de Valencia y Gerona.


También forman parte del mismo destacados físicos extranjeros, como el profesor David Nygren, de la Universidad estadounidense de Berkeley, considerado el "padre" de este tipo de técnicas, y los reconocidos investigadores del laboratorio francés de SACLAY Ioannis Iomataris y Esther Ferrer; asimismo, está involucrado en el proyecto el actual director del LSC, el profesor Sandro Bettini.