Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

LOS LUNES AL SOL

"Trabajar en la Expo fue una ocasión única, pero luego llegó el gran bajón"

Daniel Mateo es un joven de 23 años que ha estado en varios y muy diversos puestos de trabajo, pero no encuentra nada que le dure más de un mes desde que acabó la muestra de 2008.

Daniel Mateo no tiene un trabajo estable desde 2008.
"Trabajar en la Expo fue una ocasión única, pero luego llegó el gran bajón"
ESTHER CASAS

Daniel Mateo, zaragozano de 23 años, ha sido cocinero de pizzas, informador en la Expo, montador de escenario para un concierto de Madonna, regidor en un desfile de moda, vendedor de palomitas en un cine y guía turístico en Málaga, su último empleo. Ttiene formación (un ciclo superior de FP), experiencia (acumula empleos temporales y precarios), pero no encuentra un trabajo de más de un mes desde que acabó la Expo. No tiene ingresos y vive con sus padres, "como tanta gente de mi generación", afirma.

Su primer empleo, a los 18 años, fue en un local de Telepizza. "Estuve un año y hacía de todo: limpiar, hacer pizzas, atender la caja?". El último, en septiembre, fue como guía turístico en Málaga. "Iba en autobús con un grupo desde Zaragoza y luego hacíamos excursiones por la provincia. Era un trabajo sacrificado, pero me gustó porque era de lo mío", cuenta Daniel. Ahora está en casa con sus padres, buscando algún empleo y estudiando inglés.

Este joven estudió un ciclo superior de Agencias de Viajes. Cuando empezó, en 2007, el turismo era un sector con mucho futuro. Se abrían nuevas agencias y hoteles, y la Expo estaba a la vuelta de la esquina. Daniel se apuntó como voluntario desde que se conoció la candidatura de Zaragoza. Y en 2008 también trabajó en la muestra internacional.

"Estuve en los pabellones de Agua Extrema, Egipto, Jordania, Afganistán y Naciones Unidas. Empecé en mayo, con cursos de formación, y estuve hasta septiembre. Conocí a gente de todo el mundo, de culturas e idiomas distintos. Fue una oportunidad única que no se volverá a repetir en Zaragoza. El ambiente con los compañeros de trabajo era muy bueno, éramos como una gran familia", recuerda Daniel los buenos tiempos de 2008. "Cuando acabó la Expo, fue un gran bajón, y no he vuelto a encontrar un trabajo estable", apunta.

Después de la Expo, solo ha tenido trabajos de días sueltos, como el de montador en el concierto de Madonna durante dos días (y ni siquiera le dejaron ver el espectáculo). "No he parado de hacer cosas, porque soy muy activo, pero no me sale nada serio", se lamenta. Mientras, estudia inglés en la Escuela de Idiomas (está en 5º) y se apunta a cursos para parados (ha hecho uno de auxiliar de congresos y otro de guía).

También sigue participando en el cuerpo de voluntarios de Zaragoza. "Me llaman para actos puntuales. Esta semana se celebra en Zaragoza un congreso sobre agua y desarrollo sostenible. Los voluntarios ayudaremos a atender a los congresistas y les mostraremos la ciudad", explica. "Mientras estas parado, hay que hacer cosas. Si no, te mueres de aburrimiento y de desesperación", asegura.

Vive con sus padres y sus hermanos, que están estudiando. Su madre también está en el paro. "Veo el futuro negro. Tengo muchos familiares y amigos en paro", apunta.

Pasa mucho tiempo en la biblioteca Cubit y cuando sale con los amigos mira hasta el último euro. "Sabemos qué bares son más baratos. Y vigilamos la hora para que no se nos escape el búho-bus. Volver a casa en taxi es un lujo que no nos podemos permitir", afirma. Y mientras sueña con un trabajo y una estabilidad económica, intenta no perder la sonrisa. "No merece la pena deprimirse. Hay que seguir moviéndose y seguir esperando", asegura.