CIENCIA

"The Lancet" critica al Papa por su posición sobre el uso de preservativos

En su editorial dice que no todos los 1.100 millones de católicos están de acuerdo con las posiciones del Papa en asuntos como la ciencia y la salud-

La revista médica británica The Lancet critica en un editorial al papa Benedicto XVI por no modificar la oposición de la Iglesia al uso de condones para impedir la infección por el virus del sida.


A pesar de haber pedido al Consejo Pontificio sobre Cuidados Pastorales de Salud que llevase a cabo un estudio científico, técnico y moral sobre la prevención del sida, el Sumo Pontífice no ha cambiado de postura, señala el semanario.


Este Papa "conservador también ha reafirmado la firme oposición de la Iglesia al aborto", agrega "The Lancet", que elogia en cambio el hecho de que el Vaticano patrocinase en el 2006 una conferencia científica sobre el cambio climático.


En su editorial "The Lancet" dice que no todos los 1.100 millones de católicos están de acuerdo con las posiciones del Papa en asuntos como la ciencia y la salud.


Hay muchos católicos, escribe la revista, que comprenden la importancia del uso de preservativos para hacer frente a la epidemia del sida y que saben que 68.000 mujeres mueren cada año por culpa de abortos practicados en condiciones peligrosas.

El caso de Martini

 

El editorial destaca el ejemplo positivo del cardenal Carlo Maria Martini, que figuró entre los candidatos al Papado en el 2005. Martini ha expresado su apoyo al uso de preservativos para combatir el sida y ha reconocido que la legalización del aborto ha tenido el efecto positivo de reducir el número de interrupciones ilegales de embarazos.


Los trabajadores sociales católicos que llevan a cabo tareas esenciales en los países también han hecho caso omiso de la política vaticana en esa materia, distribuyendo en muchos casos a título privado condones entre los pacientes infectados por el sida.


"Católicos como éstos nos recuerdan que ciencia y religión no son incompatibles. Hay que mantener siempre vivo el diálogo entre científicos y dirigentes católicos tanto en las universidades como en cualquier otro lugar aunque los científicos estén en desacuerdo con la interpretación que hace la Iglesia del mundo circundante", concluye el comentario.