¿Queda sitio para Netflix?

No es la primera vez que Netflix, el servicio de suscripción para ver películas y series por 'streaming', amenaza con irrumpir en España. Ahora la posibilidad, dibujada en el tercer trimestre del año, y más concretamente en septiembre, parece tomar visos de verosimilitud.

Por un lado, la plataforma ya habría entrado en contacto con algunos fabricantes como Toshiba, Samsung y LG para incorporar la aplicación que abre las puertas al servicio en sus televisores. Por el otro, las plataformas ya establecidas en España estarían encontrándose con algunos problemas para adquirir los derechos de ciertos contenidos, según confirman fuentes del sector.

La compañía norteamericana siempre se ha mostrado muy cauta a la hora de colocar a España en su hoja de ruta. Las reticencias venían motivadas por el complicado reparto de los derechos de autor y por los altos índices de piratería. De hecho, el Observatorio de piratería y hábitos de consumo digitales que la pasada semana presentó la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos apuntaba a que el 60% de los contenidos digitales consumidos en España es pirata.

La diferencia en estos momentos radica en que la potencial competencia de Netflix lleva ya años posicionándose. "Cada mes contamos con una media de 4.500 suscriptores nuevos, lo que no significa que todos ellos se queden y renueven", afirma José Antonio de Luna, director de negocio y socio fundador de Filmin, una plataforma que, como el grueso de la oferta en España, aglutina dos tipos de servicio: la suscripción mensual para acceder sin límites a un catálogo de más de 5.500 películas y 170 series y el alquiler y compra de películas. Filmin posee ya algo más de 300.000 usuarios y crece en facturación «entre un 20% y un 30% cada año. La intención de llevar el servicio a otro país europeo antes de que acabe el año y su puesta en marcha en México en apenas un mes no hacen más que corroborar la buena marcha del sector. No es el único ejemplo. Yomvi y Wuaki.tv cuentan ya con 720.000 y 1,5 millones de usuarios, respectivamente.

Pero no todo ha sido un camino de rosas. Propuestas como Youzee o Voddler se quedaron en el camino. "El ritmo de crecimiento ha sido menor del que esperábamos, pero algunos de nosotros hemos sido capaces de ajustar nuestras previsiones y ahora podemos hablar de un crecimiento lento pero sostenible", explica Jesús Moreno, director general de Nubeox. Bajo el paraguas de Atresmedia, este videoclub online, que comenzó su andadura en 2012, lanzó el año pasado un servicio de suscripción 'premium' que cuenta con 750 películas y 250 series. Además de dar la posibilidad de alquilar y comprar entre un catálogo de otras 2.000 películas, Nubeox también ofrece emisiones de canales de pago como Fox, TNT, AXN, Calle 13 y SyFy. El servicio suma ya 600.000 usuarios.

Mientras tanto, la crítica hacia la escasez de contenidos bajo demanda parece haber dejado de tener sentido. "Entre todas las plataformas tenemos un volumen de oferta capaz de satisfacer a casi cualquier usuario", afirma De Luna, consciente de que "lo ideal es que todo fuera accesible de forma legal por internet".

Así las cosas, ¿queda sitio para Netflix en España? "Netflix ha demostrado en otros países donde ha aterrizado que, más allá de la oferta preexistente, saben abrirse un hueco importante", asevera Moreno. En este sentido, cree que tendrá "un efecto beneficioso para otros operadores", y será "una especie de revulsivo del sector". De Luna también hace hincapié en que la plataforma «se adaptará a los contenidos existentes en el territorio». La expansión de la plataforma por otros países europeos le da la razón: cuando Netflix desembarcó en Reino Unido, lo hizo con casi 2.600 películas, muy lejos de las más de 14.000 que pone a disposición de sus clientes en Estados Unidos. Aún con todo, la fuerza de la marca podría "ayudar a hacer que los usuarios se acostumbren a pagar por el contenido en internet"», explica Moreno. En este sentido, y aunque resulte paradójico, el impacto de la piratería durante tantos años hace de España "«un mercado con un potencial de consumo descomunal porque los usuarios están muy acostumbrados a acceder a este tipo de contenido"», explica De Luna.

Quizá con la llegada de un actor tan importante como Netflix el sector reciba, por fin, el impulso definitivo. Más allá de la piratería y de sus datos, cuestión de la que el director de negocio de Filmin prefiere dejar de hablar, quedan flecos importantes que solucionar. ¿El más acuciante? Para De Luna, el de las ventanas de explotación. Se refiere al periodo que pasa entre que la película se estrena en los cines y llega a las plataformas: "Son cuatro meses, aunque la cinta solo esté en los cines dos fines de semana. No tiene lógica porque eso favorece la piratería", concluye.