Un videojuego de los cabezudos competirá a nivel mundial en el DXC Codes de pequeños programadores

Dos de los primeros premios y un segundo premio del concurso los han ganado colegios de Zaragoza. Es el primer año que participan chavales de la capital aragonesa.

Prepara la webcam de tu portátil y evita que los siluros del Ebro se coman a tus cabezudos favoritos... Todo esto con el Pilar de fondo. ¿Te atreves a probarlo? Es un juego creado por tres niños de diez y once años del CEIP Gascón y Marín que se han llevado uno de los primeros premios a nivel nacional de la categoría junior en el DXC Codes. Los creadores de esta fantasía son Isidro Gil, Izan Casaled y Rubén Soca Román y su creación se llama Entropía.

Si te gustan más los juegos de plataformas porque no has encontrado mejor juego que el Super Mario Bros, quizás te apetezca probar 'Litle Fire's Adventure' creado por el equipo de Ángel Pinilla, del Colegio Santa Ana, ganador del primer premio en la categoría senior. Este mismo centro también ha logrado uno de los segundos premios a nivel nacional con un videojuego de aviación.

Un videojuego de los cabezudos competirá a nivel mundial en el DXC Codes de pequeños programadores

El pasado jueves se entregaron en Zaragoza los premios nacionales DXC Codes para jóvenes programadores. La capital aragonesa compite con Sevilla y Santiago de Compostela en esta edición. Se trata de una primera fase de un concurso mundial orientado para pequeños que dedican su tiempo libre en asignaturas extraescolares a la programación y la creación de videojuegos.

Es la primera vez que optan a este premio colegios de Zaragoza. Los alumnos de Santa Ana, CPEIP Reino de Aragón y CEIP Gascón y Marín se han sumado al reto propuesto por DXC Foundation, que consiste en la creación de videojuegos mediante el lenguaje Scratch. "Cuando los niños se inician en robótica es uno de los programas que suelen aprender, ya que es muy intuitivo", apunta Gloria Huayllani, tutora de extraescolares en el Gascón y Marín.

Huayllani apunta que " la fantasía de los niños no conoce las fronteras de la programación, va más allá". La finalidad del concurso es utilizar la tecnología como herramienta de creatividad. Lo que permite Scratch es llevar la programación a los más pequeños.

"Crear contenido no es lo mismo que consumir tecnología. Muchas veces asociamos como negativo el que los pequeños pasen muchas horas delante de una pantalla, pero si se hace de manera activa, como en el caso de los pequeños programadores de videojuegos, ese tiempo es creatividad y no pasividad", señalan en DXC.

Los organizadores del concurso dicen que están "muy contentos con el resultados de los colegios zaragozanos. Es  el primer año que se ha realizado aquí y se han llevado muchos premios grandes". Aunque les gustaría que "en los próximos años aumentara la participación de la delegación de Zaragoza".

Ahora solo falta esperar si los cabezudos y la pequeña bola de fuego son capaces de hacerse con el título mundial compitiendo con niños de Europa, Estados Unidos y Asia, entre otros.

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