Zángano. Ese es el significado de dron en inglés. Tal vez sea por su zumbido o por esa forma, casi mágica, con la que se mantienen estables, flotando en aire. Estos abejorros mecánicos se usan para grabar vídeos, llevar a cabo tareas de vigilancia, buscar desaparecidos o cazar a evasores fiscales. Pero, sobre todo, sirven para divertirse.

Desde la aparición del dron moderno en el mercado de consumo se han multiplicado el número de modelos. Los hay diminutos como libélulas y majestuosos como águilas; dotados de ojos que observan desde las alturas y cegatos, que no podremos perder de vista; desde los 20 euros hasta prácticamente todo lo que el usuario se quiera gastar. Cada dron tiene sus características propias y estas son algunas de las principales especificaciones a tener en cuenta a la hora de comprar uno.

SENSORES

Son los sentidos del dron. Los que le indican dónde y en qué posición está y le ayudan a mantenerse estable en el aire. Cuantos más sensores tenga, más sencillo será volarlo. Los más básicos cuentan con un giroscopio de tres o seis ejes, pero también los hay con sensores de presión, acelerómetro, cámaras que determinan la altitud, GPS para no perderlos y sensores de proximidad para evitar choques indeseados.

PROCESADOR

Es el cerebro del dron. El que recibe toda la información de los sensores, la interpreta y corrige la posición en, por ejemplo, situaciones con mucho viento.

MANDO

Muchos drones se pueden controlar directamente con un móvil o una tableta, pero el vuelo con un mando con dos ‘joysticks’ es mucho más cómodo y preciso. Además, algunos incluyen botones para piruetas preprogramadas.

NÚMERO DE HÉLICES

Suelen tener entre cuatro y ocho, aunque es raro que los de uso recreativo tengan más de seis. En teoría, a más hélices, más estabilidad, pero son más importantes los sensores y el procesador.

CÁMARA

Suelen estar entre los dos y los 16 megapíxeles con resolución HD, Full HD o 4K. No solo se usan para grabar, si no que muchos transmiten lo que ve el dron en tiempo real a la pantalla del móvil o a unas gafas para vuelos en primera persona. Además, algunos modelos las utilizan para seguir automáticamente al usuario.

DISTANCIA Y VELOCIDAD

Los más pequeños se pueden alejar unos 60 metros, mientras que sus hermanos mayores llegan hasta siete kilómetros. La velocidad que alcanzan también varía mucho, pudiendo llegar hasta los 72 km/h del Phantom 4.

BATERÍA

Es el verdadero talón de Aquiles de los drones. Los chiquitines tiene una media de seis minutos de autonomía, frente a los 20 minutos de los más caros. Cada batería extra suele costar entre 15 y 60 euros, dependiendo del modelo.