Sangre de dragones en la nueva generación

‘Skyrim’ es sinónimo de RPG. Un juego que marcó una era y que ahora llega remasterizado, tanto a PC, como a la nueva generación de consolas. Para los que no los conozcan, este clásico de los juegos de rol narra la aventura de un desventurado que se salva de su ejecución por la llegada de un holocausto en forma de dragón.

El protagonista, al que nosotros mismos daremos nombre y raza, descubre pronto que es el ‘Sangre de dragón’, lo que lo convertirá en un ser único, no solo capaz de matar a estas temibles bestias si no también de obtener su alma tras acabar con ellos y, con ella, un inmenso poder.

La aventura continúa, durante decenas de horas, en un mundo abierto, inmenso, repleto de personajes con inquietantes historias y majestuosos parajes en los que caminar, luchar y cabalgar.

Si algo requiere ‘Skyrim’ es tiempo, tiempo para hacer evolucionar a nuestros personaje en una o en muchas facetas; tiempo para convertirnos en un despiadado guerrero, un sigiloso asesino o un temible hechicero; tiempo para disfrutar de la trama principal, de las pequeñas misiones o e incluso de las decenas de ‘mods’ que cambian el aspecto y las dinámicas del juego.

En el apartado gráfico, esta versión remasterizada del juego ha mejorado bastante, pero al compararlo no alcanza la calidad de los títulos de la nueva generación de consolas. Se han renovado texturas y movimientos, sombras y detalles, y se han corregido errores, pero esta sutil mejora difícilmente compensará a quienes ya disfrutaron del original hace un lustro.

‘Skyrim’ es uno de los grandes, un juego con mayúsculas, pero esta versión remasterizada está más indicada para aquellos que no disfrutaron del original.