Tal es el empuje de la música en línea que los ingresos mundiales cosechados por las plataformas crecieron un
. Los servicios de suscripción musical de pago han crecido de forma asombrosa. Hace apenas seis años había
El negocio del sector fonográfico ve algo de luz, no por la desaparición de las descargas ilegales, sino porque los soportes digitales ganan terreno.
. La Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por sus siglas en inglés) argumenta que el sector disfrutó el año pasado del crecimiento más significativo en veinte años.
En
España también se aprecia el
repunte. La industria de la música grabada obtuvo en España
161,5 millones de euros en 2015, una cantidad que supera en diez puntos porcentuales la de 2014 (146,8 millones). Pese a que los números inducen al optimismo, los viejos tiempos ya no volverán. "Los 605 millones que se llegaron a contabilizar en el mercado español allá por 2001 son ya inalcanzables e irrepetibles", alega Promusicae, la patronal española del sector. De acuerdo con el estudio,
tras el desplome sufrido, por fin la industria experimenta un alivio. Han sido doce años con números rojo en los que se han esfumado el 80% de los ingresos.
En el territorio nacional,
la pugna entre lo electrónico y lo que se puede tocar está más igualada. La recaudación por descargas, '
streaming' y otros
productos digitales se eleva a los
67,6 millones de euros, frente a los
66,3 facturados por las ventas de discos físicos. La lucha está reñida. El mercado digital representó el pasado año el 38%, seguido muy de cerca por el físico (37%).
Japón, Alemania y Francia se desmarcan de la tendencia dominante. Son los únicos mercados en los que las ventas por
cedés y
vinilos exceden los ingresos generados a través de
internet.
A los nostálgicos del
vinilo les queda el consuelo de que no están solos. Lo analógico resiste con tenacidad, de modo que
los viejos discos siguen siendo el formato más deseado entre los melómanos exigentes. No en balde, en España se despacharon 1,1 millones de
álbumes en esta última temporada, una cifra que, aun siendo modesta, supone una subida nada desdeñable con respecto los
600.000 vinilos que se vendieron en 2014.
El informe presta atención a los artistas más rentables. La británica Adele se lleva la palma y se erige en la reina del soporte digital. Vendió 17,4 millones de ejemplares del álbum '25', lo que quintuplica los 3,5 millones de 'X' de
Ed Sheeran. Los mismos millones que atesora
Taylor Swift con su trabajo '1989'. En cuarto lugar se coloca 'Purpose', de
Justin Bieber, con 3,1 millones de unidades, por delante de 'In the lonely hour', de
Sam Smith, que atrae 2,6 millones. En España, la lista es liderada por
Alejandro Sanz ('Sirope'),
Pablo Alborán ('Terral') y
Manuel Carrasco ('Bailar el viento').