Bruselas propone que se puedan ver contenidos comprados online en cualquier país de la UE

La normativa entraría en vigor en 2017 y afectaría a películas, emisiones deportivas, juegos, música...

La Comisión Europea ha propuesto este miércoles una normativa para eliminar en 2017 las restricciones que impiden en la actualidad que los europeos que adquieren contenidos online en el país "normal" de residencia --de prepago o a través de una suscripción y ya sean películas, emisiones deportivas, libros electrónicos, música o juegos-- puedan verlos en el extranjero cuando viajan a otros países en la Unión Europea.


"Queremos garantizar la portabilidad del contenido transfronterizo. La gente que legalmente compra contenido, películas, libros, partidos de fútbol, series de televisión, debe poder llevárselos con ellos a cualquier parte que vayan en Europa. Esto es un cambio real", ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea responsable del Mercado Digital Único, Andrus Ansip.


El comisario de Economía y Sociedad Digitales, Günther Oettinger, ha confiado en que los Veintiocho y la Eurocámara den su visto bueno para "garantizar que la portabilidad se convierta en una realidad para los consumidores europeos en 2017 para que puedan disfrutar de su contenido favorito también cuando viajan en la UE y sin miedo a recargos de 'roaming', que acabarán a mediados de 2017".


Preguntado por qué el Ejecutivo comunitario no ha ido más lejos en su propuesta para permitir que, por ejemplo, un ciudadano pueda contratar una plataforma nacional aunque viva en otro Estado miembro, Oettinger ha defendido que la propuesta sobre la portabilidad es "ambiciosa y realista" a la luz de "los intereses diferentes" y "recelos considerables de algunos Estados miembro y el sector creativo".Mejorar la proteccion del consumidor


El Ejecutivo comunitario también ha presentado dos propuestas para mejorar la protección de los consumidores cuando compran online y para ayudar a las empresas a vender en otros países de la UE sus productos y servicios.


Se trata de facilitar que los consumidores puedan obtener un remedio o el reembolso cuando adquieren un producto defectuoso revirtiendo la carga de la prueba durante el periodo de garantía de dos años del producto. De este modo, los consumidores no tendrían que aportar pruebas de su defecto en el momento de la entrega y se permitiría que si un consumidor se descarga un contenido digital que no funciona adecuadamente pueda pedir que se resuelva el problema y, si no es posible, obtener una reducción en el precio o terminar el contrato y obtener el reembolso pleno.

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