RAFAEL CAMPOS

"El teatro y la cultura son una luz en la oscuridad"

"El Teatro Principal es uno de los iconos culturales y de autoestima de la ciudad"

Meditación en la escalera: Rafael Campos.
"El teatro y la cultura son una luz en la oscuridad"
ESTHER CASAS

Me encantaría articular las palabras como usted.

Me he dedicado toda la vida a esto, a estar en los escenarios, en un lado o en otro. Eso forma parte del oficio. Luego, también he dado clases de voz e interpretación en la Escuela Municipal de Teatro.

Como vendedor debe ser fenómeno.

No crea. Los actores suelen ser tímidos fuera del escenario. Yo también soy tímido. En algunos aspectos de la vida, me guío con timidez. No me parece mal. En el mundo suele haber demasiado desparpajo para todo. Un punto de mesura no viene mal.

Profesor, escritor, director, gestor? ¿Con qué cara de su poliédrica figura me quedo?

Me apasiona dirigir y enseñar teatro. Actor fui en mis tiempos mozos. He vuelto ahora coyunturalmente a hacer una aparición.

¿Cómo nació el teatro en usted?

De forma inesperada. Pensaba dedicarme a otra cosa. Estudiaba Ingeniería y de repente hallé otra vocación que me absorbió por completo, que cambió mi vida.

La necesidad de crear, de comunicar, al margen de escuadras y cartabones. Esta historia me suena

Solo vivía para el teatro. Ocupaba todo mi tiempo. Después llegó El Grifo, La Ribera. Hacía cursillos y talleres en barrios, en pueblos, en institutos.

Sacerdocio, proselitismo.

Es una forma de vida más que una profesión.

En esencia, plasma la historia de la Humanidad. Imagine el primer escenario teatral: una hoguera con cuatro homínidos danzando alrededor del fuego.

La antropología explica mucho del teatro. En principio era un ritual que vinculaba el hombre con lo sagrado, con lo incomprensible.

Luego, Grecia, el desarrollo de la democracia, la viga maestra de la cultura occidental. Esquilo, Sófocles, Eurípides

Resulta innegable su aporte cultural a la historia. Ahora atravesamos una época desconcertante. El teatro recoge las pautas de comportamiento de la sociedad de cada época. Ahora mismo estamos cambiando los paradigmas.

Si las reiteraciones cíclicas gobiernan la historia, nos hallemos en plena caída del Imperio Romano. ¡Qué vienen los bárbaros! Los juglares van a quedar como únicos depositarios de la cultura.

Lucharemos porque no sea así. El teatro y la cultura son una luz en la oscuridad. El Teatro Principal, modestamente, también. Es uno de los iconos culturales y de autoestima de nuestra ciudad.

¿Qué clase de obra plasmaría los tiempos actuales?

Una comedia dramática. Hay subidas y bajadas. Eso sí, vivimos en la parte más feliz del planeta. Si nos asomamos a los balcones, se observa vida en condiciones terribles. Eso debe darnos una dimensión de nuestros problemas.

¿El señor Zapatero tiene más de personaje trágico o cómico?

Posee las dos dimensiones. Es un personaje que me sugiere una especie de arrojo para muchas cosas. Creo que su intención era buena. Luego, por otra parte, posee otra cualidad que a mí me pone muy nervioso. Cuando habla, me gustaría escucharle cosas más compresibles y razonables. No sé si es un mal de los políticos. También le pasa a Rajoy. Hacen discursos demasiados tópicos. La ciudadanía agradecería un poco más de sinceridad, hasta para decir que estamos en un lío tremendo.