A QUEMARROPA

«Soy de barrio, aunque viva en una urbanización»

El exjugador y entrenador de fútbol, Michel, señala que su «fama» ha tenido que ver con su profesión y «nunca con lo demás».

Michel se toma la fama con humildad y humor.
«Soy de barrio, aunque viva en una urbanización»

¿Por qué no ha engordado como la mayoría de los exfutbolistas españoles?

Intento cuidarme. No puedo estar como cuando jugaba, pero no quiero estar como cuando dejamos de jugar.

De usted dicen que es todo un 'gentleman', ¿se considera así?

(Risas). No, yo no vivo de eso. Si he tenido algo de fama tiene que ver con mi profesión, nunca con lo demás.

¿Gasta tanto en cremas y potingues como Tony Blair, que se pule al mes 2.000 euros?

No, no, no... no tengo tanta cara como para eso.

Viéndolo ahora pocos lo pueden imaginar como un niño pequeño, bajito y regordete...

Lo era, por eso me llamaban 'Michelín'. Ahora tengo 48 años, he crecido un poquito y no me desparramo tanto físicamente como cuando era chaval. Me han quitado el 'in' porque me he hecho mayor y he abandonado mis cartucheras.

¿José Miguel ni en la intimidad, como Aznar con el catalán?

Jamás. No me llama José Miguel ni Miguel nadie. Ni mis padres ni mi mujer. Mi mujer me llama sobre todo al orden (risas).

¿Cómo se toma que le fotografíen en bañador?

Bien, pero que me avisen para meter tripa (risas). ¡Estaría mucho mejor si puedo posar!

Con lo que cobran ahora de ficha, ¿no le gustaría volver?

No, porque ahora hay menos oportunidades para los chicos de barrio y yo soy un chico de barrio aunque ahora viva en una urbanización.

Y ahora son superestrellas mediáticas...

Ahora son famosos y antes éramos populares.

¿En el fútbol hay mucho divo suelto?

Y amarrao.

¿Le gusta el merengue o ya se ha empachado?

Forma parte de mi dieta de toda la vida.

Camacho decía de usted que lo lógico es que terminara en el banquillo del Real Madrid, ¿se atrevería?

Cuando uno se hace entrenador quiere llegar a ese tipo de banquillos. Y mientras no me siente en otro en el que tenga en frente a un juez (risas)...

¿Hay algo que merezca la pena copiar de Mourihno?

(Se lo piensa). Yo me quedaría con la capacidad que tiene para que nadie le rechiste.

Ahora también hay un duelo estilístico en los banquillos...

Porque también el entrenador ha tomado más protagonismo. Por cierto, está muy bien que los entrenadores hayan dejado el chandal de lado.

¿Los futbolistas son ahora más coquetos que en su tiempo?

Sí, sí. Antes los que nos cuidábamos estábamos como en el armario y no podíamos salir.

¿En los vestuarios se cotillea mucho?

No, no creo. Además, ahora con la cantidad de razas, etnias y lenguas distintas es mucho más difícil la comunicación entre los jugadores. Antes como éramos todos del mismo sitio...

¿Se liga más con traje de chaqueta o con calzones?

Seguramente con calzones. Con traje de chaqueta lo que se hace es trabajar.

Solo hay ver las revistas para ver lo que ligan los futbolistas...

Eso dicen. Me parece bien, pero ya se sabe que siempre ligan las mujeres.

Tantos años casado con su mujer, ¿no se siente como un bicho raro en ese mundillo?

Parece difícil, pero vamos a hacer 25 años de casados y seis de novios, o sea 31 años juntos.

¿A quién le hubiera dado un buen pelotazo?

A los intolerantes, a los antidemócratas y a los violentos.

¿Y a qué político dejaría en el banquillo?

¡Bastante tienen con intentar arreglar las cosas! Tienen mucho mérito, porque de fútbol y de política todo el mundo entiende.