RECREACIÓN HISTÓRICA

Salva de honor por los Fueros de Aragón

El viernes se cumplieron 300 años de la batalla de las lomas de Torrero entre las tropas de Felipe V y del archiduque Carlos de Austria.

El Regimiento Aragón desfilaba ayer por Puerto Venecia, que hace tres siglos fue escenario de la guerra de Sucesión.
Salva de honor por los Fueros de Aragón
PEDRO ETURA/A PHOTO AGENCY

"No, no existían uniformes de verano", se cansaban ayer de repetir los miembros de la asociación recreacionista Aetas Rationis, enfundados en trajes de basto paño de época, con sus vueltas rojas y sus puntillas en el caso de los oficiales. Con cerca de 35 grados, un puñado de fusileros y unas cuantas damiselas de la corte recordaron en las lomas de Torrero, en el espacio que hoy ocupa Puerto Venecia, uno de los episodios más trascendentes y desconocidos de la historia de Aragón. Hace exactamente 300 años se enfrentaban en cruenta batalla las tropas borbónicas de Felipe V y las tropas del archiduque Carlos de Austria, pretendiente al trono español. Más de 45.000 hombres se desplegaron entre Torrero y la Cartuja para dirimir, entre otras cosas, la derogación o supervivencia de los Fueros de Aragón.


"¡Carguen armas! ¡Muerdan cartucho! ¡Abran cazoleta! ¡Saquen baqueta! ¡Atraquen! ¡Apunten!"? La pólvora se hacía esperar. Muchos de los congregados querían escuchar la salva de honor, pero "el protocolo de carga de armas era complicado en el siglo XVIII", explicaba ayer Gonzalo Aguado, vicepresidente de Aetas Rationis. Aguado encabezaba el desfile del regimiento y relataba que en este episodio de la guerra de Sucesión "hubo más de 6.000 víctimas de los arcabuces de avancarga y los espontones". Aguado recordaba que en la ciudad flamenca de Audenarde o en la francesa de Amillés se están recuperando los campos de batalla de esta guerra casi olvidada en España.


"La excepción la constituye Almansa, donde hay un centro de interpretación, un museo e, incluso, se conmemora anualmente la batalla", explica Alfonso Gamero, el presidente de la asociación, que anima al Consistorio zaragozano a tomar ejemplo. "Es una efeméride muy importante porque, aunque de forma efímera, recuperó el privilegio del Fuero aragonés", recordaba Gamero, que ya el pasado mes de mayo y con 300 figurantes recreó la batalla de 1710 ante unos 10.000 zaragozanos.


Hace tres siglos, el pasado mayo y también ayer eran testigos de los hechos María Luisa de Saboya (esposa del duque de Anjou), la princesa de los Ursinos y una fiel sirviente de la reina. La reina comentaba divertida ayer que su tocado estaba inspirado en el de la esposa de Luis XIV, "a quien se le voló el sombrero durante una cacería y, ni corta ni perezosa, se arrancó una liga y se recogió el pelo creando una moda que se prolongaría 50 años". Agitando su abanico, María Luisa atendió a cómo se descubría una placa conmemorativa en la plaza de las Máscaras de Puerto Venecia. El director de relaciones institucionales del complejo, Salvador Arenere, comentó con ironía: "Los ingleses han vuelto". "Hace 300 participaron en el campo de batalla y ahora, en el mismo escenario, son los promotores de este centro de ocio y comercial", apuntó.