TRÁGICO ACCIDENTE

Rayan murió porque se le asignó una bomba de infusión que no tenía sistema de alarma y control

El padre del bebé y viudo de Dalilah
Rayan murió porque se le asignó una bomba de infusión que no tenía sistema de alarma y control
EFE

La muerte de Rayan se debió a un trágico y casi inexplicable error hospitalario, pero también otra fatalidad se cebó con el pequeño. El infortunio y el desgraciado azar impidieron que el bebé sietemesino pudiera salvar su vida, máxime cuando el Hospital Gregorio Marañón, donde falleció, tenía implantado parcialmente un sistema de alarma que impide confusiones o equivocaciones en las vías de administración de los nutrientes o de los medicamentos y completará la adaptación total de este dispositivo a lo largo de lo que resta de semana. Si este mecanismo de alerta hubiese estado instalado el lunes en la bomba de infusión adscrita al niño, con seguridad que su padre, Mohamed El Huarachi, no se habría visto arrastrado a la angustia de sufrir el doble duelo de quedarse viudo y sin su niño.


La puesta en marcha de este dispositivo de control, en puridad una 'bomba inteligente', fue confirmada este miércoles por la presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, y por su consejero de Sanidad, Juan José Güemes durante una comparecencia informativa. Aguirre matizó que la implantación de estos controles en la unidad de neonatos del Gregorio Marañón no ha sido desarrollada en ningún otro centro sanitario, pues ha sido una iniciativa pionera del Gregorio Marañón.


Un proyecto que, en cualquier caso, llegó tarde para Rayan y no estaba completado cuando se produjo el trágico error. El centro sanitario madrileño, a través de un comunicado, corroboró el anuncio de los políticos madrileños y certificó que, en efecto, el Servicio de Neonatología del hospital "lleva más de un año y medio trabajando en el proceso de implantación de un sistema informático adaptado a las bombas de infusión, que mejora la calidad y la seguridad en el manejo de infusiones y medicamentos que reciben los pacientes críticos".

No estaba entre los 50


El mismo hospital subrayó que, actualmente, de las 200 bombas existentes, "50 ya están adaptadas y el resto se adaptarán esta semana". Cada bomba identifica mediante un sistema informático el nombre del producto, la concentración y la velocidad de administración mediante un código interno de seguridad. Este sistema, reconoce el Gregorio Marañón, "aumenta la seguridad y reduce al mínimo la posibilidad de un error humano". Fuentes del centro sanitario reconocieron que, en efecto, a Rayan no le correspondió una de las 50 bombas que le podrían haber librado de la muerte.


Güemes, de su lado, ratificó que el centro sanitario tenía dispuestas "algunas medidas de mejora de la garantía de seguridad de los pacientes, como ésta de establecer una alarma para impedir que se puede producir un error o una equivocación en las vías de administración a través de las bombas automáticas que hay en las UCI". Además, avanzó que otras de las medidas que podrían implementarse a corto plazo consistirían en desarrollar vías de distintos colores en los conductos de los fluidos.