Los ocho quintos del sorteo extraordinario de Navidad estuvieron este año más juguetones que otras veces. Cuatro de los ochos premios, que reparten 5.000 euros al décimo, comienzan por el número siete. También hay algunas cosas que no cambian. Se repartieron por los cuatro costados del país. Pero algunos encerraban más curiosidades. Por ejemplo, el 75869. Fue el primero en abrir la lata de los premios, a las 9.33. Repartió alegría en Ribadumia (Pontevedra), Calafell (Tarragona) e Íscar (Valladolid). La administración de este pueblo castellano le dio una alegría a sus vecinos segovianos de Remondo, donde un bar está abonado al 75869. Casualidades de la Fortuna, sus cifras coindieron con un cuarto, pero cambiadas: el 57896. Pero el número que más murmullos y risas provocó fue el 69069, que se vendió de forma íntegra en Palma de Mallorca, en la Administración 24. Repartió 9,7 millones entre sus clientes. Apolonia Guardia, la lotera, vendió 195 series del "número porno doble", como lo define una de las abonadas, María del Carmen García. El número llegó de una forma curiosa: un controlador lo pidió en 1989 y nunca fue a recogerlo. Apolonia se lo quedó y ayer recibió su recompensa.

También se vendieron en una única administración otros dos quintos: el 78953, que fue el último en salir, a las 12.23, y se quedó en Gijón; y el 34141, que se despachó en la Administración número 205 de Madrid. El segundo quinto en salir fue el 73684, que provocó gritos de alegría en Madrid, Barcelona, Murcia, Gerona, Valencia y La Coruña. A este número le siguió otro con siete, el 77992, que como su hermano estuvo muy repartido por seis provincias. El 15548 llegó hasta trece provincias. Y el más pequeño de los quintos, el 06075, visitó media España, entre otros rincones Zaragoza y Belchite.