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Un curso de nueve meses en danza del vientre

Matronas aragonesas participaron ayer en un curso para aplicar la danza del vientre al cuidado de las embarazadas.

Uno de los ejercicios que ayer realizaron las asistentes al curso sobre danza oriental y embarazo en Zaragoza.
Un curso de nueve meses en danza del vientre
OLIVER DUCH

Tener un hijo suele ser un motivo para dar saltos de alegría. Pero, para más de una, también lo es para dar sensuales movimientos de cadera. Sí, sí, con tripón incorporado. Si no, que se lo pregunten a las matronas que ayer se pegaron toda la tarde, en el Colegio de Enfermería de Zaragoza, moviendo el esqueleto. Bueno, en principio, estaban en un curso, pero ya lo advirtió la profesora: "Este no es de tomar apuntes".

El nombre del taller era suficientemente elocuente: "Danza oriental y embarazo". Y el propósito, ayudar a la mujer embarazada a pasar nueve meses calmados y en perfecto estado a través del baile. Cada una, claro, en la medida de sus posibilidades. "Para las que están de ocho meses, se realiza con mucha precaución. No es momento de emular al Circo del Sol. Y, si no lo han hecho nunca, con clases más lentas. Pero lo recomiendo igual. En el último momento del embarazo hay mucha ansiedad y la danza favorece la relajación", contó la profesora, la psicóloga y bailarina Marisol Díez.

Pero no es el único beneficio que Marisol le ve a la danza durante la gestación del bebé. Según contó, los movimientos de este tipo de baile también sirven para facilitar la adaptación a los cambios que sufre el cuerpo y ayudan a la correcta posición del bebé a la hora del parto. E incluso, en el mismo. "El parto no es para danzar, pero ha habido casos. Yo he acompañado a mujeres que han acabado cantando y bailando. Lo fundamental es que se sientan cómodas y que puedan moverse libremente", opinó. Y lo hizo siguiendo su propia experiencia, porque a Marisol le dejaron adoptar la postura que quiso cuando tuvo a su primer hijo. Y, desde entonces, recomienda no quedarse parada durante el crucial momento y, sobre todo, estar en posición vertical y con los pies en el suelo. "Sé que no es común. La gente está muy metida en la racionalidad, pero el parto no tiene que ver con la cabeza, sino con los instintos. Necesitamos ayuda para recordarnos que el cuerpo sabe parir", informó esta profesional.

Y sus alumnas, antes incluso de que comenzara la clase, estaban de acuerdo. "Es importante la verticalidad durante el parto, y también el no quedarse quieta, aunque con la epidural es complicado. En la mayoría de hospitales no se hace, especialmente en los grandes, porque hay muchos partos y protocolos", afirmó María José Pobes, minutos antes de iniciarse el taller, organizado por Suavinex. Al igual que el resto de las quince matronas aragonesas que asistieron al curso, pretendía incorporar la práctica de ayer a su trabajo diario. "La idea es coger más recursos en la educación maternal, sobre todo en la Atención Primaria y el post-parto", comentó María Ángeles Checa, antes de descalzarse y comenzar a hacer ejercicios para aplicar con sus pacientes durante los nueve meses de embarazo. Y es que, como matizó la profesora, "las matronas también bailan". "Si tú no has trabajado con tu cuerpo antes, no puedes ayudar a los demás. Es importante que las matronas conozcan estas técnicas, porque son las mujeres que ayudan a las mujeres", concluyó.