"Nos han llegado a tirar huevos a la terraza"

Yann Redondo, ante el quiosco bar Le Pastis.
"Nos han llegado a tirar huevos a la terraza"
JOSÉ MIGUEL MARCO

Yann Redondo, propietario de la concesión de Le Pastis -un quiosco-bar situado en la ribera junto al Puente de Hierro en Zaragoza-, ha salido al paso de las críticas de un grupo de vecinos por los ruidos provocados a causa de las actuaciones musicales de los Festivales del Ebro. Redondo se muestra partidario de llegar a un entendimiento para garantizar una buena convivencia.

Según relata, hace unos días sufrió un acto muy desagradable. "Alguien, y no culpo a nadie en particular, nos tiró hasta veinte huevos en dos noches diferentes desde el bloque de enfrente". Se refiere, en concreto, a la terraza de la comunidad de propietarios Virgen del Pilar, en el barrio de Jesús. Algunos de sus vecinos criticaron ayer en estas mismas páginas las molestias ocasionadas por las actividades organizadas por el Ayuntamiento en nueve escenarios a lo largo de la ribera y que les impiden "ver la televisión y hasta dormir".

Los huevos arrojados a la terraza impactaron sobre varios clientes, aunque no hubo que lamentar daños graves, "y eso que a uno le dio en la cabeza". Los responsables del quiosco interpusieron una denuncia por estos hechos en la Policía Local. Redondo quiere dejar clara su postura: "No critico al vecindario, porque no busco problemas con nadie, solamente que respeten nuestro trabajo".

La naturaleza de su negocio choca con el descanso nocturno, algo que él mismo reconoce. "Por ello -adelanta- vamos a intentar solucionarlo para alcanzar un clima agradable con los vecinos". Redondo se compromete a bajar el nivel de la música de la terraza a partir de las 0.00 los días laborables y más tarde el fin de semana. Y eso, a pesar de que "el volumen no puede molestar a nadie, y si no que vengan a realizar las mediciones".

Sin embargo, aclara que las actividades culturales incluidas dentro de los Festivales del Ebro han sido organizadas por el Ayuntamiento y "contamos con todos los permisos". Menciona incluso que "nosotros finalizamos los conciertos a las 23.30, mucho antes de la hora autorizada". Desde el área de Cultura del Consistorio informaron ayer de que se han arbitrado las medidas oportunas para evitar que algún vecino pueda sentirse molesto por el ruido. Los concesionarios del tramo situado entre el Puente de Hierro y Vadorrey "han atendido de muy buen grado las indicaciones dadas al respecto por los organizadores".

El propietario de la concesión de Le Pastis recordó que cuando ellos se hicieron frente del negocio, en el año 2005, el entorno de la ribera del Ebro era una zona "muy degradada y dejada" en la que "había mucha droga y prostitución".

"Nosotros -prosigue- conseguimos revitalizar la terraza y lograr que se convirtiera en un sitio agradable. Incluso los vecinos estaban encantados con lo que entonces tenían delante de sus casas".

Para Redondo, "hay que buscar una solución antes de llegar a las denuncias públicas". Emplaza a iniciar el diálogo con los vecinos para alcanzar un entendimiento.