JUGUETES

Nancy cumple 40 años

La célebre muñeca de Famosa se rejuvenece para conectar con las niñas de hoy.

Solo a las grandes de verdad se las identifica por el patronímico, sin aditivos. Piquer, Jurado, Caballé, Espert... encierran en su nombre toda su trayectoria y relumbrón. Salvando las distancias, lo mismo le ocurre a nuestra protagonista.


Ella es ‘la Nancy’, emperatriz del reino juguetero patrio. La muñeca de Famosa vuelve a primer plano, no solo porque acechan las Navidades y se dirige al portal. La Nancy cumple cuatro décadas, retocada como tantas cuarentonas, pero dispuesta a dar guerra.


Nació en 1968 de la imaginación de Tino Juan, su creador, y se enseñoreó de un país aún en blanco y negro. La primera muñeca moderna de una España donde se intuían hervores de modernidad. Un espejo de plástico en el que las crías de entonces se miraron en masa. "Desde el principio tuvo tal acogida que sorprendió a todos. Las niñas se veían en ella", explica Jesús Ballesteros, director de márquetin de Famosa, en las aguerridas profesionales y viajeras, en la Nancy azafata, la Nancy enfermera o la Nancy esquiadora, que inauguraron el mercado.

A cinco duros, Famosa vendió un millón de muñecas el primer año; diez en su primera década de vida. Veinticinco millones hasta el presente. Pronto le surtieron del guardarropa al último grito. Una estilista de la empresa recorría las pasarelas europeas para vestir a la reina de la firma. En la década de los 70 le colgaron a un tal Lucas -novio o hermano, según opiniones- y una hermana repelente, Lesly, que no cuajaron. Ella siempre ha cabalgado sola.


Todo eso es historia. De la vieja Nancy poco queda. Perdura su larga melena con un corte distinto, decapado a la moda actual. Lo demás ha caído sacrificado en una drástica cura de rejuvenecimiento. Las niñas de hoy ya no quieren ser princesas, diría Sabina, y se lo dejaron claro al fabricante.


En 2006 reunieron a pequeñas de 4 a 8 años y las Nancys de sus madres no les gustaron. Sus deseos se acataron. La de 2008 se parece poco al modelo inicial. Gasta ojos como farolas, pestañas interminables, tobillos afinados y tatuajes. Ha adelgazado, "pero sigue siendo una niña muy sanita", ríe Ballesteros. Sus destinatarias también han mutado. Las niñas Nancy de antaño tenían entre 9 y 12 años. Las de hoy no pasan de los 8.


Cambios en la fisonomía, la clientela y en el mercado. Su posición ya no es hegemónica. Ahora se disputa el territorio con ‘barbies’, ‘bratzs’ y compañía. En la pelea, Famosa cuenta con el efecto nostalgia de las madres. Que compren para sus hijas el juguete de su propia infancia. Una muñeca actualizada pero ‘normal’, sin curvas de infarto ni estética macarra.


Como reclamo mantienen una variedad inusual de complementos de moda y el amplio abanico racial. Hay Nancys negras, orientales o andinas, y colecciones específicas de tirada limitada, pasto futuro de coleccionistas. Las muñecas antiguas son ya objeto de culto. En eBay, los modelos raros superan los 300 euros.


En puertas de una Navidad incierta, Famosa espera despachar 150.000 Nancys, a entre 19 y 45 euros. Sin una arruga ni un michelín, la Nancy afronta inmune la crisis. De los 40.