JUEGO DE CARTAS

Naipes virtuales convertidos en realidad

Zaragoza será sede mañana de un torneo de bridge entre jugadores que competían por internet y ahora se verán las caras.

Rosa Hernández, bien flanqueada por sus amigos Salvador y Pachi, en el local de la Asociación Cultural Zaragozana de Bridge.
Naipes virtuales convertidos en realidad
ESTHER CASAS

Ya están barajando las cartas. Tras muchas partidas virtuales, este sábado aficionados al bridge de todo el país se verán las caras... en la mesa y ante el tapete. "Muchos nos conocimos jugando en internet y hace unos años instauramos una competición anual en España. Es la primera vez que celebramos una en Zaragoza, después de cinco años sin torneos de bridge aquí", cuenta su organizadora, Rosa Hernández. A pesar de todo el follón que lleva desde julio para que todo salga perfecto, ella no podrá competir. ¿La razón? Su pasión por este juego es tan grande que hace unos años se fue a Madrid y se hizo árbitro local de este tipo de convocatorias. Así que, mañana, su labor será de colegiado. "Bueno, no soy como los grandes árbitros nacionales, que por un campeonato pueden cobrar mil euros. Pero el reglamento es estricto y se necesita alguien que haga esta función. En poco tiempo, me he hecho una experta".


Y tanto. Su afición comenzó en el 2000, meses después de quedarse viuda. Su amiga Pachi le animó y, hoy, dice que es casi su única actividad. Normal, contando que las partidas duran unas tres horas... "Pero es un juego que desarrolla la mente y la memoria, el trabajo en equipo? Hay médicos que lo aconsejan para retrasar la aparición del alzhéimer y en países como Chile se da en colegios y universidades", informa. La propia Rosa se ha ofrecido para enseñar su funcionamiento en diversas escuelas, con la intención de crear un grupo infantil y otro juvenil, como existe en otras comunidades. Y aunque ninguna ha mostrado interés, ella no se queda con las ganas: maestra de educación primaria durante muchos años, sigue con la enseñanza aunque, ahora, orientada al naipe. Lo hace en la Asociación Cultural Zaragozana de Bridge, que creó hace un par de años junto a otros aficionados y que ya tiene unos treinta socios. El pasado año, más de veinte alumnos pasaron por sus aulas. "Antes daba clases a pequeños y, ahora, a sus padres -bromea Rosa-. El bridge tiene mala prensa, dicen que es un juego de élite y difícil de aprender. Requiere tiempo, pero no hay que tenerle miedo. Y se puede disfrutar como pasatiempo, sin jugarse dinero", justifica.


Para tener éxito en la contienda, no hay secretos: solo practicar porque no es exactamente un juego de azar. "La suerte incide poco, depende de cada uno. En un torneo, todas las mesas juegan las mismas cartas, así que la elección del ganador no puede ser más objetiva", informa. Mañana se conocerá quién se impone ante casi un centenar de competidores de todas las partes del país, que se reunirán en el Club El Soto. Al que no gane, siempre le queda la cena y el baile que tendrán lugar después de las partidas. Y, si no, a seguir practicando por Internet hasta la próxima. "Hay páginas en las que ha llegado a haber 18.000 personas de todo el mundo jugando a la vez", concluye Rosa.