El 27 de mayo, José Ramón Villa Gistau regresaba a casa por la noche, tras ver con unos amigos el partido de la Champions que ganó el Barcelona. Al pasar por la plaza de Europa, en Monzón, se unió al ambiente festivo e hizo sonar la bocina de su automóvil. No podía imaginar entonces que, dos meses después, recibiría en su domicilio una multa de 80 euros por infringir la ley.

Y es que, tal y como recoge el artículo 110 del Reglamento General de Circulación, no se pueden usar las señales acústicas sin motivo reglamentario establecido. Algo que José Ramón desconocía, por lo que, en un primer momento, pensó que la multa se debía a un error.

Este joven montisonense recuerda que él tocó el claxon al pasar por la plaza, donde se habían reunido decenas de personas para festejar el triunfo del Barcelona. "Había gente bañándose en la fuente, celebrándolo con cava... Pero yo solo iba con el coche camino a casa, no es que fuera dando vueltas haciendo ruido", afirma. "Simplemente pasé y pité varias veces, como muchos otros que en aquel momento circulaban por la plaza". La multa recoge que eran las 23.55, aunque él no vio a los agentes de la Policía Local.

Tras su sorpresa inicial, acudió a las dependencias municipales para comprobar si había sido un fallo. Allí le informaron del reglamento. Su asombro se convirtió ya en enfado: "No entendía cómo me habían podido sancionar por eso". Tal y como cuenta, "les pregunté que entonces qué pasa por ejemplo cuando se celebró la victoria del equipo de Monzón la pasada temporada o cuando hay alguna boda y van los invitados pitando en sus coches".

"Simplemente -continúa-, no entiendo esta multa. Si hubiera sido de madrugada, aún. Pero yo iba tranquilamente en mi coche, y no sé por qué la cosa ha ido tan lejos". Villa menciona que siente "una gran impotencia ante esta situación", en la que ve un "afán recaudatorio". Este joven, que trabaja como comercial, presentó un recurso, que esta semana le ha llegado denegado. Antes del día 15 de octubre debería pagar la sanción. "Todavía no he hecho el ingreso pero, si no me queda otro remedio, lo haré. Así es la ley", dice resignado.

Abelardo Sanchís, concejal delegado de la Policía Local de Monzón, confirmó que la noche del triunfo del Barcelona se llegaron a interponer multas por tocar la bocina a 13 conductores. Según recuerda el edil, la euforia por la victoria deportiva degeneró en numerosos incidentes en la ciudad. Se quemaron contenedores, hubo altercados en algunos bares... "Hay que tener en cuenta -prosigue- que la fiesta empezó en la fuente pero luego continuó por otras calles. En el cuartel de la Policía se recibieron muchas llamadas de vecinos quejándose por el ruido", por lo que se decidió actuar.

Esta situación motivó que se aplicara el Reglamento General de Circulación, no así la ordenanza municipal contra la contaminación acústica, que entró en vigor en agosto de 2005. "Los agentes lo que hicieron fue aplicar el reglamento. Hay veces que puede parecer excesivo, pero de lo que se trata es de hacer compatible el descanso de los vecinos con la fiesta, aplicando en todo momento el sentido común".