ACONTECIMIENTO SOLAR

Millones de sudasiáticos vencen a la superstición para disfrutar del eclipse total de sol

Eclipse solar
Millones de sudasiáticos vencen a la superstición para disfrutar del eclipse total de sol
EFE

Millones de personas en la India y otros países del sur de Asia disfrutaron este amanecer del eclipse solar más largo de este siglo, un fenómeno cargado de supersticiones que quedó atenuado en muchos puntos por un cielo nublado.


En la India, decenas de miles de personas optaron por levantarse pronto para ver el eclipse, que comenzó en el oeste a las 5.29, hora local y luego dejó de verse ya por el noreste del país a las 7.41.


Aunque en muchas zonas el eclipse quedó tapado por las nubes, para decepción de las personas congregadas, el fenómeno brindó imágenes espectaculares en la ciudad sagrada hindú de Benarés (norte), situada a orillas del río Ganges.


Y además, antes de pasar a China, el eclipse pudo ser observado en Bután, Bangladesh y Nepal, donde lo contempló el propio primer ministro, Madhav Kumar Nepal, y miles de personas acudieron a los ríos sagrados para bañarse y purgar sus faltas.


La fase total del eclipse, según informó la agencia india IANS, duró 6 minutos y 44 segundos, lo que lo convirtió en el más largo del siglo, y oscureció el generalmente sofocante amanecer de la India durante el monzón.


Pero se llevaron una decepción los indios que acudieron para verlo al pueblo de Taregna (norte), el lugar donde el astrónomo indio Aryabhatta (476 d.C.) fijó un observatorio para seguir el movimiento de las estrellas.


En la localidad, considerada el mejor punto para ver el eclipse, se congregaron turistas y científicos procedentes de todo el mundo, aunque el fenómeno quedó tapado finalmente por un inoportuno cielo nuboso, informó IANS.


No lejos de allí pero a muchos metros sobre el suelo, una cincuentena de afortunados venció a las nubes -previo pago de 81.000 rupias (casi 1.700 dólares)- a bordo de un vuelo chárter fletado para dar caza al fenómeno en su paso por la región de Bihar.


En Benarés, la sombra lunar también fue robando territorio al astro hasta que sólo fue visible una fina corona de luz, para admiración de las personas que habían acudido a los "ghats" (especie de escalones) junto al río, según mostraron las imágenes de las cámaras televisivas.


Según cálculos de la agencia PTI, al menos 1,5 millones de personas aprovecharon el fenómeno para bañarse en el Ganges en distintos puntos del país y limpiar sus pecados aprovechando el inusual fenómeno, temido sin embargo por la tradición hindú.


En los días previos, astrónomos y astrólogos del país se han enzarzado en un combate dialéctico por las implicaciones del eclipse, que en la India y Nepal está unido a ancestrales supersticiones, mitos y una temible explicación religiosa.


"Tenemos que probar que comer durante el eclipse no es dañino", se lamentó a IANS el racionalista T.V. Rao, quien se sentó en los bancos junto a un lago de Hyderabad (sur) para desayunar al aire libre junto a miembros de la sociedad científica Jana Vignan Vedika.


El hinduismo explica los eclipses solares por la acción de dos diablos, Rathu y Ketu, que se tragan el astro y no sólo privan a la tierra de luz, sino que también hacen que los alimentos dejen de ser comestibles y convierten el agua en tóxica.


"Durante el eclipse, los rayos de sol quedan bloqueados y esto hace que las bacterias no mueran y queden activas en la comida, lo que causa enfermedades", explicó a Efe en Katmandú el astrólogo hindú Jayanta Acharya.


El poderoso gremio astrológico asegura que las vibraciones del Sol se vuelven adversas durante un eclipse, por lo que recomiendan a los ciudadanos que se queden en casa para evitar sus rayos.


Y los millones de supersticiosos del subcontinente también creen que durante los eclipses sufrirán cortes quienes llevan objetos afilados y que las embarazadas tendrán hijos con problemas físicos y mentales si se exponen a las vibraciones.


"Está claro que no voy a ir al colegio. Sería peligroso", contó a Efe el escolar delhí Arjun Uppal, entre el temor ancestral del eclipse y la felicidad de tener un improvisado día "festivo", que sí fue oficialmente declarado en Nepal por el Gobierno.