CASO MARTA DEL CASTILLO

Miguel Carcaño, increpado por varios de sus amigos, se somete a un nuevo examen psicológico

El principal inculpado por la muerte y desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo, Miguel Carcaño, fue sometido a una nueva evaluación psiquiátrica para determinar su estado mental, tal y como había solicitado la defensa tras su intento de suicidio.


Tanto a la llegada como a la salida de los juzgados de Sevilla, el joven fue increpado por un grupo de amigos quienes, tras insultarle, le exigieron que diga dónde está el cuerpo de la adolescente "y no siga jugando más con nosotros".


El asesino confeso de Marta del Castillo, desaparecida el pasado 24 de enero, llegó a los juzgados sevillanos en torno a las 9.20 horas, con el pelo más largo y sin levantar la mirada del suelo.


Una vez en la clínica forense de las propias dependencias judiciales, se sometió durante casi tres horas a una nueva evaluación consistente, entre otros aspectos, en una prueba de recuerdo, inteligencia y una valoración psicológica. Esta peritación ha sido solicitada por su defensa tras el intento de suicidio con un cordón de chándal que protagonizó en la cárcel de Morón de la Frontera, donde permanece ingresado desde el 16 de febrero, y el objetivo es valorar su estado mental y su imputabilidad penal de cara a las posibles atenuantes en el juicio por la causa.


Se trata de la segunda vez que el principal inculpado por la muerte de la joven sevillana comparece para realizar este peritaje, ya que el pasado 2 de julio fue sometido durante casi una hora a la primera parte de prueba para conocer de forma detallada sus facultades mentales.


A su llegada a los juzgados, Carcaño fue recibido con insultos por un grupo de amigos en común con Marta, quienes le increparon e incluso trataron de burlar el cordón policial que protegía al joven. Según explicó a los periodistas uno de ellos, Juan Pablo Marín, su intención era "ver la cara a uno de mis amigos" y de esta forma "a ver si siente vergüenza o algo que le haga hablar", porque hasta ahora todos los que se habían concentrado en las sucesivas visitas de Miguel a los juzgados eran desconocidos.


Entre lágrimas de impotencia, Marín confió en que "el vernos a nosotros no se le va a olvidar nunca en la vida", y señaló que el joven solía ser bastante celoso y manejaba a Marta "como quería".


Resaltó que ninguno de ellos pudo imaginar nunca que "llegara a hacer algo así", y se refirió entonces a la prueba psicológica asegurando que "de loco no tiene nada, sabe perfectamente lo que ha hecho".


En ambos trayectos desde los juzgados hasta los calabozos anexos, se pudieron oír numerosos gritos reclamando a Carcaño que diga "dónde la tiene", en referencia al paradero del cuerpo de Marta. En este sentido, Juan Pablo Marín insistió en que "no juegue más con nosotros y nos indique dónde está el cadáver", ya que este mismo mes la adolescente hubiera cumplido 18 años.