EDUCACIÓN

Los padres consideran que los colegios no exigen lo suficiente a sus hijos

Un informe de Funcas refleja que la mayoría prefiere una educación que les sirva para vivir en sociedad y adaptarse a los cambios

madrid. Los padres andan perdidos. No saben lo que quieren a la hora de plantear la hoja de ruta de sus hijos en el colegio y el instituto. Viven en constante duda sobre lo que tienen que hacer, cómo pueden ayudarlos para sacar mejores notas y labrarse un futuro, sea donde sea. Esta actitud se vio reflejada en el estudio 'Educación y familia' de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), que recoge las dudas y las contradicciones que les invaden sobre este tema.

 

Mientras muchos quieren más exigencia en la enseñanzas (solo el 5% cree que el nivel es alto), otro porcentaje similar apunta a que los niños deben estar en un ambiente relajado. "Los padres españoles son demasiado blandos", comentó Víctor Pérez-Díaz, catedrático de la Universidad Complutense y autor del estudio.

 

Sin embargo, cuando se les pregunta qué quieren para sus hijos, hablan de conocimientos más profundos: el 46% considera que el nivel actual de las aulas es demasiado bajo. Esta perspectiva se debe a que consideran que sus hijos estudian mucho menos que lo que ellos hicieron en su día, sobre todo en Matemáticas e Inglés, sus dos asignaturas preferidas. En cambio, esta petición de dureza se contrapone con el colegio que desean.

 

Abogan por un ambiente en el que "los estudiantes convivan entre sí y estén a gusto, evitando que haya competencia entre ellos" (63%) frente a que "cada estudiante intente destacar en los estudios de modo que se acostumbre a dar el máximo de sí mismo" (29%). El profesor Pérez-Díaz achacó este quiero y no puedo a la "confusión, a la buena voluntad de los padres". Este comportamiento es muy similar al del resto de europeos. Sin embargo, los españoles son más proclives a entender que el objetivo principal es "preparar para vivir en sociedad y adaptarse a los cambios" y menos a que sea "preparar para una carrera profesional".

 

Los padres atribuyen el fracaso escolar principalmente al poco esfuerzo de los alumnos (35,7%) y a la escasa colaboración de las propias familias (25,6%). El 95,6% opina que los principales responsables de educar son los padres; y el 72,9 % añade que la familia es el factor que más influye; el 15,8% señala a los amigos o compañeros y solo el 6,9% cita a la escuela.

 

Buena parte de los padres ayuda a sus hijos con los deberes (más de la mitad), mucho más que hace ocho años (36%). También se observa una implicación mayor en las actividades de preguntar la lección y leer con los hijos en Primaria en voz alta. Además, complementan la educación de sus hijos (75%) con actividades extraescolares. "Los padres, los alumnos y los profesores necesitan una mayor cohesión. Deben tener una actitud abierta y no de hostilidad", apuntó el creador del informe, que exigió a los primogenitores una actitud "menos ambivalente". El profesor también señaló que una política educativa más estable ayudaría a mejorar el nivel. Los porcentajes de fracaso escolar y universitario, donde la mitad no acaba la carrera, son altísimos, apuntó.

 

El estudio refleja el cambio que se han producido en los últimos años en los hogares. Los libros han dejado su sitio a las nuevas tecnologías. Los ordenadores con Internet han subido de un 22% en 2000 a un 77% en 2008. Esto supone que los jóvenes están una hora delante del ordenador. Hay que añadirle 1,3 horas de televisión y el uso de los 'chats' y de las consolas (sobre un 30% cada uno).