SEMANA SANTA

Los niños animan el Domingo de Ramos

Las familias aprovecharon el buen tiempo para ver la procesión de las palmas. Por la tarde hubo vía crucis, procesiones y una Estación de Penitencia de siete cofradías.

Procesión de las Palmas, en Zaragoza
Las palmas llenan el centro de Zaragoza
JOSÉ MIGUEL MARCO

La Semana Santa zaragozana cobra forma y su espíritu llena las calles de la capital. El Domingo de Ramos se desarrolló con la mezcla de tradición y fe propia de estas fechas, a la que había que sumar el ambiente festivo y de alegría que daba a las procesiones la nutrida presencia de niños, especialmente en el recorrido de la mañana. Los pequeños no soltaron sus palmas, en las que habían brotado dulces y chocolates.

El día amaneció tranquilo, pero conforme se acercaba el mediodía, el centro y las proximidades de la iglesia de Santa Isabel de Portugal se poblaron de ciudadanos deseosos de ver la procesión de las palmas realizada por la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, vinculada al colegio Maristas y una de las que tienen mayor participación en Zaragoza (ayer recorrieron las calles unos 450 integrantes).

En la plaza del Justicia aguardaban muchas familias, con los padres pendientes de sus hijos, a los que llevaban de la mano, en brazos, a corderetas o en carrito. Había niños que desconocían el motivo de la multitud, si bien miraban con curiosidad a los cofrades que se encontraban junto al templo. Otros se mostraban más interesados en arrancar los azucarados frutos de sus palmas.

Elena Justo acudió a San Cayetano en compañía de su hija, de origen chino, y dos amigas, con niñas de esa nacionalidad. Se conocieron en el viaje al país asiático para adoptarlas. No son muy creyentes, si bien no querían perderse la "fiesta ciudadana". Las menores contemplaban por primera vez el ambiente de la Semana Santa.

Los minutos previos al inicio de la procesión se caracterizaron por la ilusión. Como la de Miguel Ángel Albareda, hermano mayor de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, que no sabía explicar su gozo y se alegraba de que el tiempo les hubiera respetado.

Llegó el momento para el que los cofrades se habían preparado desde febrero. Uno de los primeros grupos en salir fue una representación de la cofradía del Cristo Crucificado de Fuentes de Ebro, hermanada con la Entrada. A continuación caminaban los niños con las carracas, sello distintivo de la cofradía. Después se empezaron a oír tambores, bombos y timbales.

Petaladas

Por la tarde, en la que el cielo se nubló, fue el turno de siete cofradías. La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesús de la Humildad Entregado por el Sanedrín y de María Santísima del Dulce Nombre, con las petaladas y los costaleros, efectuó la Estación de Penitencia.

Hubo tres procesiones (la del Traslado, la del Dolor de la Madre de Dios y la del Nazareno) a cargo de la Real, Pontificia, Antiquísima, Ilustre y Penitencial Cofradía del Señor atado a la Columna y de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor; la Real Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios; y la del Nazareno de la Muy Ilustre y Antiquísima Cofradía de la Esclavitud de Jesús Nazareno y Conversión de Santa María Magdalena.

También se pudieron ver los vía crucis de la Cofradía de la Coronación de Espinas; la Cofradía de Jesús de la Humillación, María Santísima de la Amargura y San Felipe y Santiago el Menor y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Agonía y de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos o del Silencio y la Congregación de Esclavas de María Santísima de los Dolores.